De la conducta humana me interesa sobre todo la contradicción. Más que la conductual- léase el amante que (dice que) nos ama y nos hace daño, o la madre que pega una paliza al hijo, o el cura pederasta- la que subyace oculta como raíz y no vemos, al menos en nosotros mismos.
Entrego mis premios en las categorías Hipocresía y Nadie te lo dijo antes a diversos merecedores.
La Semana Santa, por ejemplo en España, no se escapa. Esos disciplinantes que no comen pescado, que se despellejan la espalda o las rodillas haciendo su ruta cuesta arriba , no hacia el perdón de Dios sino hacia mi premio a la Hipocresía, sudando, padeciendo, sangrando …cargados bastante más que con cadenas o grilletes o con la culpa no sus pecados, sino con el olvido de que seguirán siendo igual de cabrones con el prójimo después de ese show, como lo eran antes , y como lo serán en los años venideros.
A esta conducta culpable de la mayoría, la corona el creerse verdaderamente que los ídolos en procesión son reales. Se dice, hasta por TV, que la virgen es sacada a hombros. No es apenas un modo de hablar, es una sandez.
Los ateos ven todo esto muertos de risa. Ellos son racionalistas, y no les gusta eso, aunque menos les gusta que les pregunten porqué creen el horóscopo y en el tarot, muchos de ellos.
Los protestantes ven todo esto como la exaltación de la idolatría, en que se confunden las estatuas de yeso con entidades divinas, en que se peca contra el mismo dios a quien celebran, con el pecado de fabricar representaciones de las cosas de lo alto. Para ellos es la fiesta del para y no del por. Del gozo y no de la culpa. Del cordero sacrificado para su beneficio y no por su culpa. Merece la pena matizar la diferencia crucial, merced a esas dos preposiciones del idioma español, para entender porqué fuera de aquí se celebra la resurrección del domingo y no los funerales de quien volvió a la vida. Y lo digo no de la convicción personal, sino situando a ambos grupos en la escena de su idéntica base.
Retomo el hilo yendo al error de base. Los patitos recién nacidos siguen a cualquier cosa que vean, confundiéndola con su madre. Se llama impronta y deja una huella marcada, como las enseñanzas religiosas.¿Somos conscientemente hipócritas? ¿Pesa tanto la impronta, como para que se sigan las tradiciones aun habiendo dejado de creer, como es el caso de muchos?
Si pecado significa error, está claro que sí existe. Yo mismo cada noche hago promesas de dejar de fumar, no sé muy bien a quién, pues al día siguiente estoy fumando. Fina y discutible, esa línea entre no puedo y no quiero. ¿Será que nos agarramos a la magia externa para que actúe por nosotros? Si fuera esa la actitud de los penitentes de Semana Santa , ni abriría mi boca. Pero estoy convencido de que no lo es. Es algo como : si me jodo esta semana, el resto del año, puedo seguir jodiendo.
Y hablando de joder. ¿Por qué nos chocaría saber que un negro se afiliase al Ku Klux Klan, una organización que aboga por modificarle no ya la conducta sino la configuración de sus dientes, cuando seguimos siendo miembros de una asamblea llamada iglesia a cuyo máximo líder aplaudimos, asamblea donde se nos prohibe usar condón y toda práctica no encaminada a reproducirnos, caiga lo que caiga y quien caiga : coitus interruptus, masturbación, sexo oral y anal sea hetero o gay?
Tampoco dejaré pasar el hecho de que a las lesbianas ni se las menciona. No es que se dé por hecho, es que ni cuentan. La mujer en la religión, cuenta tan poco que en el relato del pecado original éste ni siquiera entró en el mundo hasta que Adán, el macho, comió del fruto prohibido. ¿Se habían fijado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario