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sábado, 29 de junio de 2019

El ''racialismo " catalán



La pérdida de las últimas colonias, Cuba y Filipinas tuvo consecuencias en paisaje político y cultural español, Disfrazados de recetas contra la decadencia española y el Ser de España surgen el Regeneracionismo y los nacionalismos catalán y vasco. Perdiendo ''pelas'' debido a las aduanas con telarañas aparecen los nacionalistas alegando verse atrapados en una España débil, atrasada y decadente. Dice Joan-Lluis Marfany que  «el racismo anti-español los impregnaba a TODOS».
El primer racista catalán fue Valentín Almirall, ​autor de ‘’Los Ministres catalans’’ (sic,no els). En 1887, un año más tarde, arrecia Gener el racismo y escribe ’’Heregías’’ (sic):
Hasta ahí es racismo cultural. Pero en 1887 se empieza ya con la genética.
Por no llamarla racismo catalán, la hacen llamar racialismo catalán
Gener publicó Heregias (sic) : ‘’La raza catalana es superior frente a la castellana «falta de oxígeno y de presión atmosférica (sic); la mala alimentación» sufriendo de «influencias semíticas y pre-semíticas («los andaluces»), y características genéticas bereberes y semíticas degenerando en cualidades como «morosidad», el «desprecio del tiempo», la «mala administración» o el «caciquismo».
En 1899 llega la craneometría diferencial de la zarpa de  Bartomeu Robert, que se hacía llamar «Doctor Robert». Este primer Puigdemont médico y político catalanista de Barcelona impartió una conferencia en el Ateneo de Barcelona el 14 de marzo 1899 con el título «La raza catalana», que no se atrevió a seguir  «debido a lo avanzado de la hora» y que nunca retomó «para no dar lugar a malas interpretaciones por parte de la prensa madrileña».

Pero también hubo catalanes inteligentes, hoy odiados, como el catalán Francisco Jaume, autor de El separatismo en Cataluña, donde declara ya en 1907:
Los separatistas catalanes han empezado por ejercer de verdaderos demagogos, adulando la vanidad de los catalanes. No han cesado de insistir en la pretendida inferioridad de los castellanos. Que formamos dos razas distintas y aun opuestas: entre las cuales ellos, los castellanos, eran los inferiores y nosotros los catalanes, los superiores. Que por efecto de esta inferioridad era inútil esperar que los castellanos pudiesen seguir nunca el impulso que nosotros , los catalanes, hemos dado al progreso de nuestra patria común; y que en consecuencia nosotros teníamos que perder siempre, habíamos de ser necesariamente las víctimas en este consorcio de ambos pueblos, y por ende que la separación pura y simple era lo que procedía. Que nada les debíamos, que nunca los castellanos han hecho por nosotros, los catalanes, más que explotarnos’’.
Es decir, no es algo moderno que los catalanes  sean antisemíticos y anti-norteafricanos, por más que el karma les haya hecho recurrir a promover la invasión de negros y morisca que antes despreciaban para frenar la gloria del idioma español frente al fracasado afrancesado y 'frankensteinesco' idioma catalán. Los burócratas y cobardes que jamás exploraron otros mundos ni arriesgaron sus vidas para traer bienes de ultramar, que se dedicaron a vivir de las aduanas parasitando a España, acusan a España de parasitarlos a ellos. Hasta llegar a hoy, donde nos cuesta mantener su Televisión fascista TV3 treinta veces más que la Casa Real.