Doy por hecho que ningún escolta les meta un tiro antes, harto de ver lo que ellos no ven ni les importa.
El blogista de Baracuteycubano lo dice bien claro.
http://baracuteycubano.blogspot.com
Por Juan Vivés
Mediterráneo francés, abril 11-- Algunos de los defensores del régimen cubano lanzan sus tímidas críticas invocando la necesidad de reformas urgentes, quizás sean sinceros, por mi parte quiero pensar que intentan despojarse de la aureola de vividores y alcahuetes que llevan en sí.
Los regímenes comunistas no pueden reformarse, so pena de desintegrarse como sucedió con el imperio soviético. El comunismo es una dictadura totalitaria que no puede ceder espacios de libertad; si abren una brecha el muro se derrumba y nada ni nadie puede contener a los pueblos en busca de libertad.
Cuando Raúl Castro tomó el poder hereditario de las manos de su hermano, prometió cambios y dejó entrever la ilusión que el sistema cambiaría. Los crédulos quisieron ver una señal de esperanza y de aliento. Simplemente se trataba de un espejismo más, a la ya larga lista de promesas incumplidas.
Es imposible reformar el régimen, el comunismo tiene como estructura filosófica una teoría que lleva dentro de si misma el virus de su propia destrucción. Su mismo funcionamiento crea una superestructura de élite en torno a los dirigentes del partido único, la llamada «nomenklatura», que en la medida en que avanza el sistema se vuelve más corrupta y para mantenerse en el poder necesita aplicar cada día una represión más fuerte.
Cuba no ha sido la excepción. Al final, el régimen patalea en la podredumbre que el mismo creó a lo largo de 50 años. Sus viejos dirigentes se aferran al poder mediante la represión, queriendo dar la impresión que el pueblo los apoya.
El miedo es el mejor aliado del comunismo en Cuba, que ha logrado implantar instituciones represivas bien estructuradas heredadas de la URSS. Es increíble en un pequeño país como Cuba la cantidad de efectivos destinados a la represión. Cientos de miles de agentes ya sean del Minfar, Ministerio del Interior o de algunas organizaciones paramilitares o políticas son el sostén del régimen. Pero aquí entra en juego el sistema de doble moral.TODOS LOS QUE ESTAN NO SON Y NO SON TODOS LOS QUE ESTAN.
A cambio de pequeños privilegios estas masas de a pie, que por el momento se contentan con las migajas que les dejan «los mayimbes», siempre fue fácil manipular lo que se denomina como populacho y todos los regímenes dictatoriales han empleado este recurso para crear el pánico.
El comunismo es imposible a reformar. Cuando comenzó la Perestroika, el gigante con los pies de barro se derrumbó. No es posible reformar un sistema que está basado en la Dictadura del Proletariado, la lucha de clases y la propiedad colectiva. Sin los incentivos materiales la sociedad no avanza. Sin las libertades individuales y los derechos del hombre, cada ciudadano se convierte en una hormiga con destino colectivo, sin el menor margen a las aspiraciones personales. Esto es contrario a la escencia misma del ser humano en tanto que persona racional e individualista.
Soñar que se puede reformar el sistema es una cretinada mayor. Tanto Raúl como Fidel saben perfectamente que el sistema no funciona. Hasta el más imbécil puede comprender el estado de ruinas en que se encuentra la nación y si se refieren historicamente a las consecuencias del comunismo en general, la experiencia ha sido aterradora por donde quiera que pasó.
En Cuba se trata se una mezcla de caudillismo monárquico, que si se quiso autonominar «socialista» y «marxista -leninista», lo fue por conveniencias de su Dictador en jefe. A Fidel Castro le hubiera dado lo mismo una cosa que otra con tal de ser Dictador Supremo y conducir la Isla como si fuera su finca privada.
No comprendo cuando uno de esos cantantes lameculos del régimen, que se declaran críticos dentro de la revolución y piden reformas, se le dé tanta publicidad y hasta existen los que quieren llevar una polémica pública. A lo mejor tienen aspiraciones de protagonismo.
En Cuba están destruidas todas las estructuras económicas y sociales. Nada puede ir adelante y la nación está sin recursos y sin fuerzas. La agonía del régimen es evidente y hasta el propio Raúl confiesa que están al borde del precipicio. Por más maromas políticas que quieran, ya el sistema no da para más y no logran remontar la inmensa montaña que tienen ante ellos. El pueblo no responde, ya no tiene Fé. A cada nuevo intento es un nuevo fracaso. La inmensa burocracia lo frena todo y las contradictorias leyes crean una cacofonía ingobernable. Esto sin contar que sintiendo el fin, la clase dirigente se dedica a robar a las dos manos para asegurarse el futuro fuera de Cuba. Las cuentas bancarias en el extranjero de los dirigentes cubanos florecen como la yerba mal. Es el mismo sistema quien ha creado un nomenklatura que vive a cuestas del pueblo en condiciones ni siquiera soñadas por el ciudadano de a pie. Esta manera de gobernar comprando la fidelidad mediante privilegios excesivos ha creado desigualdades insoportables en una sociedad donde más miseria es el denominador común.
Filosoficamente no tienen bases ideológicas para aglutinar al pueblo y justamente la fijación en estructuras dogmáticas dictatoriales aleja cada día a las masas. Una de las cuestiones preocupantes para el régimen es el deseo de la mayoría de los cubanos de irse del país y vivir en el extranjero, dondequiera que sea, pero fuera del alcance de la dictadura cubana.
Por muchos esfuerzos demagógicos que desplieguen el régimen está muerto y sin esperanzas de resurrección. Los países que vienen y hacen como si les tendieran la mano a los hermanos Castro, se están lanzando como buitres para despedazar y anglutinar los pocos sectores económicos que pudieran ser rentables en un futuro. Ya México controla la industria tabacalera. Brasil quiere apropiarse de la industria petrolera y la producción azucarera para fabricar etanol. La China de los recursos minerales…así cada país tiene sus intereses económicos propios, mientras que Raúl Castro vende la isla al mejor postor, con el fin de alargar un poco su dictadura familiar. Vendrá el día en que los próximos gobiernos demócraticos tengan que rediscutir todos estos contratos leoninos que nos han impuesto y que pesarán sobre las futuras generaciones.
Todas las empresas y gobiernos que han negociado con Cuba en la actualidad reciente, saben que lo han hecho en detrimento de nuestro pueblo y que en su afán de ganar dinero, han prolongado la agonía de una dictadura y alargado el sufrimiento de nuestro pueblo. Si por mi fuera, no recuperarían ni un kilo prieto y se tendrían que ir de Cuba con una mano delante y la otra detras. Las supuestas reformas de que tanto nos hablan, por decencia no digo dónde se las pueden meter. Lo que hace falta es que se acaben de morir estos dos viejos seniles que son los hermanos Castro y... CAMBIO.
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