La gran mentira es que la democracia es en Cuba "tan real y perfecta" que no hacen falta elecciones.
La base de la que se parte, es la de que sólo podrían elegirse nombres para el mismo niño, no al niño.
El problema es que el niño es horrendo, se llama hermanos castro, y está parasitando a 11 millones de presos en cada aspecto de su vida y de su alma, sa que no han conseguido nunca eliminar.
La prueba de que temen perder su hegemonía es cómo se sigue votando a mano alzada en los centros de trabajo, y como en la urnas no caben Osvaldo Payá y la oposición. Y cómo se trata a esa oposición calumniándola.
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