Fariñas, crónica de una muerte superanunciada.

La han anunciado tanto, que parece la historia de "que viene el lobo". 

A muchos les importará tanto como un mundial de fútbol del que se conociera el ganador tres meses antes. Porque se muera o no, tal como dije un día, ya ganó. Por eso se vengan. Para eso ya lo han matado el día antes unas cuantas veces.

Y mientras reflexionamos esas bobadas, y quienes y con qué fin, el estado cubano se permite la chulería y la crueldad reduplicada de soltar a los presos cuando Fariñas haya muerto. Para que hasta la muerte le sepa a derrota. Para demostrar que nadie les gana a hijos de puta IMPUNES .

OZT fue la causa, y Fariñas el efecto, y ya triunfó desde el primer día, resuelto como él solo, decidido; con él no hay arreglo, él se caga en las zorras y en los burladores, y sigue con su Biblia, sigue.

Aunque es vano consuelo para ellos la perrería que le hacen de darle el "gusto" de morir, el caso es que ganó.  Raúl, te metió un gol bien hondo. Aunque suelten los presos para acabar con las huelgas de hambre por esa causa, si sueltan a los presos y mejoran las condiciones Fariñas ya ganó. Ahí deberían de seguir marchando y haciendo huelgas masivas por la prensa libre, la libre empresa, los derechos de asociación.

Aun cabe un milagro, y no es que viva, sino que su madre que no recibe el gesto de humanidad pierda las escamas de sus ojos y se le revire al régimen.

Y que no quede Reyna aislada en Banes y Alicia en el país de las jeringuillas en Santa Clara.

Y en La Habana la orgía eclesiática de comuniones con esbirros, orgía en la que Poncio Pilatos es el mismísimo Ortega y Alamino.