¿Qué es un dirigente cubano? Alguien que hoy está sentado en la TV de Miami y ayer formaba parte de nuestro enemigo. No tiene cuernos ni barba de chivo ni rabo de diablo.
¿Cuándo fingía, antes o ahora? ¿Cuándo mentía, en Rueda de Prensa o en Maria Elvira Live?
Ese tipo -antes tipejo-, el que aún no llegó a Miami (en el 95 % de los casos porque no pudo) está tan falto de salvación y de re-educación como el ciudadano de a pie que roba lo que puede.
Sobre Cuba cayó una plaga de calamidad que emanó desde Fidel mismo, y ahora hay miles de víctimas tiradas por el suelo, como si el palacio presidencial de Haiti fuera escenario de haitianos pobres y ricos. El bombero va a salvar y no mira la ropa sino las constantes vitales.
Cuando nos salvaron, no sabemos si el médico era negro o pervertido o bizco o una rubia tetona o un adonis, ni nos importa, seamos racistas, misóginos, gays , homófobos o seamos nosotros mismos para el salvador aquello que él más odia.
La forma de salvar la dirigencia cubana es seguir denunciando la corrupción, desobedecerles por su propio bien, no hace falta herirles, apenas lo que hace Yoani, con la fuerza de la palabra, sembrarles el conflicto interno en la conciencia. Ellos sí tienen conciencia, de lo contrario habría que poner una silla eléctrica en el hall de A Mano Limpia. Pero sabemos que no es el camino. Una de cada cien siembras dará fruto, al principio haciendo más la vista gorda , esto es, dejando robar más -triste realidad- pero luego debilitando la convicción con la que hacen cumplir lo injusto. Hay que corromperles como hicieron con nosotros, en sentido inverso.
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