Yo no debería escribir este post, puesto que nunca me gustó Olga Guillot. Pero lo hago porque hay pocas reseñas, siguen habando más de Moratinods que de ella. Y lo hago porque rcon la muerte de la diosa tal vez muera una época del cubaneo, la se la afectación la vanagloria y del posado enseñando joyas, como Rolandito Barral. Leo que fue una cubana indomable (?) y genuina (?) que jamás claudicó (?), como si la más natural Celia Cruz o la maravillosa Xiomara ALfaro no lo fueran . Me caen mal esos epítitetos, lo admito, pero más si son en base a nada. ¿En qué claudicaron otras cantantes? Dicen que comparar es odioso, lo dicen quienes estan del bando peor parado por el criticador. Dicen que son estilos distintos. Claro, como se puede comer mortadela o paté de chapulines coloraos.
Para gustos colores, y habrá quien se erice al ver una mujer cantando un bolero teatralizado , despechado con el saltaito chusmita en la punta de los pies y su voz de chiva gritando "véte". No es que habrá, sino que hay, o sea, soy el garbanzo negro en la multitud de adoradores . Quién soy yo para escribir en contra de ellos, nadie. Claro que fue una diosa, y una artista, de las que ya no quedan. Pero la cara es el espejo del alma, y esa cara pintarrajeada refleja muy bien de lo que ella.
Lo siento por las legiones de dizque seguidores que ni siquiera le han hecho un homenaje en vida y sobre todo lo siento por ser una más que se va mientras se queda el perro de Fidel Castro, al que ahora le escribe odas Varela , el humor-de pus-ista.
Que Dios la acoja en su seno y decida a quién ella debe cantarle allá en el cielo cubano. ¿Será un paraíso ese cielo?
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