Es una impresión. Juan tiene dos nombres, es un cubano por dos. Sus peticiones de salida del país para curarse no despiertan simpatías. Apenas reflejan la desconfianza en el sistema médico de la "potencia médica", que no tiene curitas ni betadine ni con qué fumigar, pero después investigan el efecto de la vibración molecular sobre las mutaciones genéticas en los negros que juegan pelota descalzos , o algo asín de fisno.
Juan Juan no conmueve por quien era su padre.
Por la belleza de la casa en que vive.
Porque recalca que su postura no es ideológica, como despejando cualquier noción de desacuerdo con el régimen que le puso donde está. Porque no es simpático, o al menos, no parece ser la alegría de la casa. Porque es calvo y gordito.
A pesar de todo y dando ejemplo le apoyan Yoani, la Cadelo y muchos más. Yo creo que el mensaje es claro : reivindican la puñetera maldad de los permisos de salida denegados, arma favorita de venganza y chantaje.
Ayer han colgado un vídeo, de la última vez que se le vio por la calle. Destaca su pancarta cutre, de letras insuficientes, su soledad de ratón internado en campo de gatos. Nadie lo mira salvo quien le tiene que mirar, y que habrá dado cuenta de él.
A menos que haya buscado refugio en casa de Ortega:
- Vete de aquí, por Dios, Juan por dos, que me comprometes, y además ahorita llega el negro.
-Déjeme quedarme su eminencia, prometo no chivarme ocurra lo que ocurra.
-Que no te enteras, Juan por dos, que el que se chiva es el negro.
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