Afuera hace calor, pero no abro la ventana. Cesó el limbo insomne perlado de paz, porque la cama soltó su presa, pero ...
Afuera aulla la jauría.
Desde que amanece los grillos se vuelven perros en Banes
Afuera aulla la jauría.
Desde que amanece los grillos se vuelven perros en Banes
Deidades africanas, no dejen que me crea que hablo sola,
que me consumo sin él .
Me duele el lomo e esta cama con prisa, y la espalda de no mover el alma
Acérquenle a esta negra un vaso de agua
Acérquenme también los zapatos del valor
Que hoy voy a ver a Orlando.
Ayuden a esta negra a vestirse linda para él
Acérquenme los caramelos del amor, que hoy a ver a Orlando
Desde que amanece, los domingos, las vecinas me retiran el saludo
si hay jauría.
Pero si no mandan perros, me muestran sus dientes avergonzados
Con o sin saludos, no puede la soledad ser menor.
Pero tampoco mayor, es imposible.
Procesiones de odio dicen que formo, yo, que arrastro los pies al camposanto.
Me siguen los buenos, porque ¿quién detiene a los fieles
Cuando la traición es tan grande ? El miedo une más que el valor, une incluso a los perros.
Deidades de chocolate como yo, no me dejen creer que hablo sola.
Acérquenme, en el amanecer de este horno incipiente rodeado de lobos, el pañuelo para ahogar el asco.
Que no es para llorar, porque hoy voy a ver a Orlando.
Acérquenle a esta negra un vaso de agua
Acérquenme también los zapatos del valor
Que hoy voy a ver a Orlando.
Ayuden a esta negra a vestirse linda para él
Acérquenme los caramelos del amor, que hoy a ver a Orlando
Desde que amanece, los domingos, las vecinas me retiran el saludo
si hay jauría.
Pero si no mandan perros, me muestran sus dientes avergonzados
Con o sin saludos, no puede la soledad ser menor.
Pero tampoco mayor, es imposible.
Procesiones de odio dicen que formo, yo, que arrastro los pies al camposanto.
Me siguen los buenos, porque ¿quién detiene a los fieles
Cuando la traición es tan grande ? El miedo une más que el valor, une incluso a los perros.
Deidades de chocolate como yo, no me dejen creer que hablo sola.
Acérquenme, en el amanecer de este horno incipiente rodeado de lobos, el pañuelo para ahogar el asco.
Que no es para llorar, porque hoy voy a ver a Orlando.
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