Tanto es el dolor del engaño padecido. Tanto el asco de las mentiras de los noticiarios y tanto el vacío detrás de las nomenclaturas huecas. Tanta la necesidad de integrarse trabajando para vivir en una nueva dignidad , de esa sociadad que paga impuestos para tener la ciudad cuidada. Es tanto el deseo de olvidar toda la mierda y la mentira que no quieren saber más ni lo último que dijo Raúl, ni quien cayó preso. El dolor por la patria enterrado en lo más profundo. El fatalismo se apodera de todo. "La única noticia que me interesaría es que cayó Fidel, hasta ahí , no saquen de mi letargo" En Miami es fácil nadar uno más en el banco de peces, pero fuera el panorama cambia. Siempre hay algún cabrón que te meterá el dedo en la llaga de Cuba. Si pudiera pasar disapercibido. No quisieras toparte ni con un procastrista ,ni con otro anti ¡que a saber si lo es! Porque la paranoia te la han sembrado bien adentro. Será tu pesadilla de Viet-nam, regalito del monstruo y de sus trovadores, compañera inseparable por el resto de tus días, hasta aquel año futuro muy lejano después de la caída cuando nadie ose bautizar a su recién nacido con ese nombre con F sin que lo linchen.
Este no el panorama de los mayores que no trabajan, de los que tienen tiempo de tener nostalgia y ganas de fajarse con algún gedosito inflitrado, sobre el tatami de algún blog.
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