Ponga un cubano en su vida y salga corriendo.

Se queja Claudia Cadelo de los efectos de la carta , la C74- porque tenemos que numerar nuestras dolencias como los virus- léase de los insultos que uno se expone a recibir en cuanto mea fuera de lo que los otros consideran el baño. Cita a una amiga que le dijo que en vez de permitir visitas de yanquis “habria que apretar las tuercas hasta matar de hambre al pueblo a ver si explotaba la cosa”, y añade que a ella,Claudia, ni se le ocurre llamarla fascista. ¿Será que la unión en la desgracia hace la fuerza o será una percepción idílica de la Cadelo? Porque aquí fuera, siempre late la piñacera, y maricón el último. Dicho en fisno, no hay dos cubanos que piensen igual, ni que consientan la divergencia respecto al ombligo de sí mismo. Claro que hay oasis de alegría, que nunca de paz porque paz es la de los cementerios; yo sé de varios modos de congregarnos  en comunión : alrededor de un congrí con una botella de ron, o como ocurre en la playita local de esta aldea, en torno a una barra con butacas bajo un techo y con una jeba despachando, que a todos sonríe para atraer, mientras vigila el negocio monopolítico su pareja de hecho y lecho, su felación o como quieran llamarlo: un viejo con suficiente palanca municipal-¿otra felación?- para obtener licencia para vender cerveza helada. Cuatro lados cubiertos por un techo y en medio una jeba bastan para la piña de clientes, casi todos vestidos de pelotero y con un  barrigón que no podrían recorrer las bases a tiempo, ni aunque les bateasen un globo de agua, hablando a gritos de lo que pica el pollo. No olvido el sabio chiste, cuantos cubanos hacen falta para cambiar un bombillo:* Los aguanto dos minutos y me zambullo en el agua semi helada del Atlántico, donde no habrá tiburones y a las morenas se las comen, ¡y buenas que están! Y los turistas miran frenando el paso, buscando en vano a cuento de qué la gritería si están sonriendo. 
Y hablando de guiris, declaró un autor inglés “no man is an island”- y se quedó tan pancho, ajeno a habernos erradicado de la categoría humana a los cubanos . Nosotros somos isleños que llaman isleños a otros, siendo una isla de islas, un archipiélago articulado sin cartílago, donde las flexiones duelen, con alevosía, mas sin pre-meditación.

Pero de casta le viene al galgo : tendrían ustedes que ver cómo se las gastan los “gallegos”. Entrenados por décadas de democracia -su primera y verdadera- a no botarse p’a la calle, caen en la tele-basurización de la política, formando un “surreality show”. Lo más grave es que se trata de periodistas, dando mal ejemplo a la plebe ya escéptica y desencantada…Lo que no hacen los españoles es preguntarte encañonándote a quién tu votaste, o qué tú firmaste. Les da gracia y a mí bochorno -¿será que ya me descubanicé? -nuestro ridículo soniquete de declaración trascendente para la historia.
Válgame contar una anécdota. Enseñaba yo a un amigo sobre Sigler Amaya, porque allí donde estemos damos dando leña al mono del entorno hasta que aprenda el catecismo de la realidad cubana, tan dramática para nosotros como cansina para ellos. Este amigo miraba conmovido las imágenes del ante sy después de Ariel Sigler, cuando de pronto estalló en carcajadas. No me ofendí, porque estaba muy atento y pude comprender lo que pasaba : Óscar Haza acababa de entrevistarle, cuando Ariel, de repente, pide hacer una declaración, y a la rrespuesta de "cómo no, adelante", repite exactamente lo mismo en forma de “Yo, fulano de tal...", improvisando, atropelladamente. Menos mal que mi amigo me tenía ya curado de espantos, habiendo notado el plural mayestático de Coco Fariñas –“tenemos 37 º de temperatura y 10 con 7 de presión” y hasta la tercera persona de Reina Luisa “ Yo, esta madre de este albañil humilde...”.
Cuestión de idiosincracia, quería decirle, pero se me atragantaba en el gaznate. Qué manera de ofenderme en silencio, caballeros, como a quien lo baña una enfermera y se le para el tiempo.
Es lo que hay, lo tomas o lo dejas - le solté y cerré el messenger, aduciendo que me llamaba mi mujer.
Lo que me llamaba era el deseo de mi vejiga de mandarle una lluvia dorada a los hermanos Cagastro. 
Y entonces evoqué , no sé por qué, cierta alabanza a Pánfilo colgada en Youtube , que le grabó cierto fúnebre blogista sosías del Che, a quien parece lo criaron a biberones de acíbar. Rara avis él, sus emotivos elogios más parecían una elegía que una felicitación. No quisiera yo- pensé- verle llegar de noche ni con la mejor de las noticias. Y al imaginarlo estallé en carcajadas: qué coño , ¡si es que tenemos de todo como en botica! No toda nuestra blogo-pecera está invadida de pirañas, por más que compartan en su mayoría el dedito alegre de dar click al botón de "ésto no te lo dejo pasar, porque no me sale del cimborio".
Mientras, mi mujer declaraba desde la distancia :
-“Este se fundió”.
Podía intuirla allá en el sofá, agitando la cabeza, riéndome cada vez más fuerte ...y meando más por fuera.
Conste que lo limpié.
Conste que hasta la última gota de todo eso también es culpa de Fidel.


*Respuesta : cinco: uno subido en la escalera y cuatro abajo hablando mierda de que "los bombillos en Cuba duraban más". No señalen a este chiste con el dedo acusador, confiesen que también han oído que "el cielo es más azul en Cuba", que "allí no hace tanto calor", y que "allí la guayaba no coge bichos". Negando la evidencia, para qué considerar como una de las razones por las que mataron a Camilo que fuera el jefe de la CIA. Ante la carencia de prensa informativa, floreció radio bemba: ya la niña era putica y echaron viagra en el café.