Y mis compatriotas también. Me conozco muy bien el libreto genético, y este tiene sus dictados.
El principal rasgo en predominancia es además el más nefasto, y reza: si no me das la razón eres un castrista.
Así resulta que el exilio tiene tantos castristas, que convierten al hijoputa en el dictador con mayor número de disidentes partidarios y de agenten entre los exiliados del mundo : un malabarismo en el absurdo del que sólo somos capaces nosotros.
A mí no me ofende que me digan castrista, y menos cuando esperan que me tire al piso. Tampoco formo shows, por el contrario me divierto prediciendo la siguiente, y es algo así : "asere lo descubristes (a menudo la "puñalá" viene así, con s extra) si tuviera vergüenza se enojaría".
Pero sí que siento vergüenza, la de ver cómo el cubano elude lo difícil echando el problema en el saco del cuento chino y el teatro. Y creen que dieron en el clavo: donde se dieron es en el clavo de su error.
Si me río es por lo mismo que se reiría un negro al que el bobo del pueblo le dijera blanco.
Y si lloro por dentro, es por darme cuenta de hasta qué profundidad Fidel ha logrado embutir su mierda diabólica en lo más hondo.
Cae gente de todos los IQs. Quieren gente simple, pero simple es mi silla y no debato con ella.
Hoy me acusó de soltar venenito alguien a quien tenía por listo. Él sabe quien es, y es con cariño pero sin mariconería que le digo que lo aprecio.
Yo ni soy Einstein ni tengo que encontrar a Buba. Pero sí puedo decirle a mi tocayo: que Santa Lucía te conserve el oído... porque la vista ya la tienes jodida.
Y finalizo jurando que en mi medio siglo de vida jamás me he topado ni he conocido a un solo agente de Castro en el exilio ni a un solo agente de la CIA.
Y Tatu, a ti que no te pierdes ni pie ni pisada de este blog ni del foro donde escribo, te puedo asegurar que la Mafia de Miami no existe. Tu amo te miente. Y siento decir que a ti sí que no te respeto, porque encima de censurar no discutes las falacias que sueltas por la punta de tus dedos.
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