Lo hizo durante toda la historia.
Y ciertas sabandijas como Saramago han defendido a la izquierda.
Yo no masacro a intelectuales de izquierda, pero me reservo el derecho a alegrarme de su muerte.Otro que se fue a pastar fue Alberti. Y me gocé y regocijé. Neruda fue otro perro, que pasó de admirar a Batista a darse la lengua con Fidel. Y me alegré.
Pero jamás me alegraré del asesinato de Federico García Lorca.
El que quiera comparar matar con alegrarse de la muerte, problema suyo.
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