Elián González, en misa con Raúl Castro al cumplirse diez años de su retorno.
El catolicismo es esa religión que permite la dualidad en un frente muy amplio de temas. Lo digo comentando la noticia. En los comienzos no había confesión, porque pecar no consistía tanto en actos individuales como en una actitud. Pero se ve que convino el cambio, para poder pecar de lunes a sábado, y el domingo confesarnos y comulgar.
Por esto es que vemos como en una guerra
1/07/10 15:55
Elián González, en misa con Raúl Castro al cumplirse diez años de su retorno.
El catolicismo es esa religión que permite la dualidad en un frente muy amplio de temas. Lo digo comentando la noticia. Da vergüenza ver a Raúl abrazando una ceremonia que llama al perdón de los enemigos, a la compasión por los presos y que tiene a matar como pecado mortal.
En los comienzos no había confesión más que una vez en la vida, porque pecar no consistía tanto en actos individuales hechos crónicos como en una actitud. De hehco se hablaba que quien ha sido perdonado y reincide no alcanzaba más el perdón ganado por Jesús. Pero se ve que convino el cambio, para poder pecar de lunes a sábado, y el domingo confesarnos y comulgar.
Por esto es que vemos como en una guerra los capellanes bendicen a quienes salen a matar, rogando por los de su bando, es decir, porque maten a los del otro.
Los únicos que se mantienen firme en este odio al belicismo son los testigos de jehová, que después, prefieren que se les muera un hijo que renunciar a su señor, como la madre de Fariñas. Entre todos los religiosos no hacen uno, porque tenemos a los evangélicos sólo interesados en la guita y el diezmo, dizque para más prédica, pero que la policía no es tonta: ve colillas y dicen , aquí han fumado.
Los católicos admiten la santería, con tal de no perder adeptos, no la condenan firmemente como manda su cánon, pero es que se cagan en el cánon.
Una Iglesia millonaria, pero dual, sí, y con labor importante en las bases: Vicente Ferrer, Teresa de Calcuta y miles de misioneros heroicos que si no van colectar diezmo.
La iglesia dual que, donde conviene, admite la existencia del diablo de las posesiones y del infierno, y donde queda mal, las califica de género literario, lo mismo que a todos los milagros. Una Iglesia que dice “dejad que los niños se acerquen a mí”, y otra parte los abusa sexualmente.
Una Iglesia que condena el condón, pero sé de monjas que los reparten entre los pobres, a escondidas. Sé de monjas que han pagado abortos, en casos de violación, a escondidas. Pero luego llega el Papa y van a aplaudirle con banderitas blanqui- gualdas, como cubano borrego el primero de mayo.
La Iglesia prohibe la masturbación ( cosa absurda ) el coitus interruptus ( cosa absurda) , que ordena tener todos los hijos que mande Dios (una irresponsabilidad) y todos los fieles practican todo eso y luego van a misa. Nada diré de que “Dios acepte a los gays siempre que no practiquen” ( es como que Fidel aceptara la disidencia siempre que no disidan) ni mencionaré quejándome los revolcones de cama que se debían de dar el rey David y Jonathan, ni mencionaré los hermanos de Jesucristo ni que éste dijera “que ni siquiera su madre y sus hermanos creían en él “ ( pero que vamos, tres pitos le importaba, porque su madre y hermanos eran los que recibían sus palabras y las ponían por obra), ni que María fuera virgen antes, durante y después del parto, explayando mi humilde tesis de que virgen significaba otra cosa ya que Dios no puede ( repito, no puede) ser tan tonto de valorar ese trozo de carne hasta el punto de violar las leyes de la física, y si lo es, no es un Dios que merece que le sigan.
Pero sí menciono y me quejo de que dejen a Raúl Castro ir a misa, ni comulgar, cuando él no ha despuesto ni su actitud de ladrón ni de asesino.
Señor Ortiga y Abrecaminos, quéjese después de que el personal le haga burla y se le meta a cualquier cosa antes que a católico. ¿Sabe qué? Sabemos distinguir entre Jesús y la Iglesia, pero por eso mismo, usted no es su representante. Usted es un mercenario de la supervivencia más abyecta.
Tenga el valor de pedir la excomunión de Raúl Castro y de su hermano, sea un hombrecito y un cristiano, que nunca es tarde. No se trata de impresionarnos con haber metido al esbirro en una misa : impresiónenos sacándole a patadas de allí, porque usted sabe bien que la comunión es el aceptar ser iguales todos ante la vara de medir de Dios, aceptar hacer una misma cola del pan y el vino, y que Dios permite la riqueza únicamente para administrarla y no para robarla ni acapararla.
En este mismo momento un huelguista de hambre agoniza por ese a quien ustedes le dan el perdón y la comunión. ¿Le parece que usted y él son un ejemplo para un pueblo hambriento poder de creer en alguien?
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