Érase una vez un mono que necesitaba cruzar un río en busca de comida. Los otros dos problemas del mono eran su necesidad de complacer a los otros y burlar al cocodrilo que vigilaba el río dormitando o haciéndose el dormido.
El mono era muy valiente y necesitaba tanto comer como impresionar al resto, así que se la jugó echándose al agua. Eso sí, nadando sin chapotear. A los otros no se les pasó desapercibido esto y cuando casi el mono había cruzado ya , comenzaron a hacerle gestos de que era un gallina, por no despertar al cocodrilo. El mono se picó y comenzó a gritarle insultos al cocodrilo, que le dio alcance y lo devoró.
Los otros monos se quitaron el sombrero diciendo:
-Qué valiente era este mono.
Pero uno dijo:
-Tremendo comemierda es lo que era.
Moraleja: no insultes al cocodrilo hasta haber pasado el río.
¿Y alguien se cree que los que ahora boconean desde el exilio insultaron al cocodrilo en jefe?
Na. Salieron despacito para no despertarlo. Pero ahora se hacen los cheche.
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