Haciendo gala de una serenidad y de un saber estar ante las cámaras, pide respeto del estado de Arizona a los latinos. Se le puede ver maquinando, en los instantes que demora. Es expresivo. Quizá piensa cómo soltarla sin que lo agarren, pero es que no puede: la mentira tiene las patas cortas.
Ni siquiera necesito hacer referencia a todos y cada uno de lo sderechos humanos que son diariamente violados en Cuba. Me basta con hablar de la necesidad de pasaporte de los provincianos para residir en a Habana. Cuand los cojen sin él, son deportados en su propio país. Eso sí que es grave.
Silvio me dirá que respete la ley , entonces le digo que respete aquella ley. Ninguna es justa, no hay que respetar ninguna.
Pero no puede criticar al estado de Arizona, mientras apoya la de la ciudadela de La Habana.
Hipócrita.
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