Hace bien poco vi Miel para Ochún.
Del film me emocionó el reencuentro con el paisaje de mi isla robada, y mucho. Mi mujer se escandalizó de la natural inquina conque la administradora del hotel , tras llamar a la policía, acusa :
-Este es él, y ésta la que está con él.
Sobra la llamada.
Sobra la inquina, sobra todo ahí, pero es pan diario en Cuba.
¿Este es quién , coño? ¿Uno que se alojó sin estar casado con ella y que es de Miami?
Sobra la detención de los tres amigos, sobra el interrogatorio, ¿Qué cojones le importa al policía porqué están de viaje?
Pero en Cuba no sobra nada de eso, es el pan diario.
Lo malo es que fuera de Cuba ocurre lo mismo, aquí mismo, en la blogosfera.
Como bien le dice Yoani al infame Varela, la acosa porque ella no se puede defender. La acusasión contra Varela Yoani la extiende con su dedo sonoro a Zoé Valdés, al Látigo, al Abicú, a Margarita y a cuantos prestan su talento a esa infamia, bien cediendo la piscina, bien zambulléndose de lleno.
Y otro tanto hacen los animones, a quienes desprecia Látigo, como si su personaje fuera más digno.
El cubano está maldito de delación, maldito de traición, maldito de inquina chivatista, maldito de envidia, de revanchismo. A cualquiera le puede caer un proceso kafkiano mientras se acicala en el espejo.
Y lo peor es practicar esa cobardía gozada siempre desde la indefensión del otro, amparados en una mayor seguridad, sea en Cuba o sea fuera. Varela no es el peor que lo hace n mucho menos.
Cuando se trata de linchar das un patada y aparecen turbas y testigos falsos o incorroborables hasta debajo de las piedras.
Que nadie se llame a engaño: Fidel no encañonó al pueblo para ocupar su trono: fue el pueblo que gozaba y goza en la orgía chivatista quien lo puso donde aún está.
Hemos sido incentivados - pero desde antes ya apuntábamos maneras- hasta convertirnos en la hez de los pueblos, en una calle maldecida por los escupitajos, transitada por gente que no fueron el ombligo del mundo hasta 1959 , pero que conservaron la potestad de su tierra, sin querer lo más, ni como país ni como individuo.
Narciso, retírate que llegó un cubano.
Por todo eso estamos donde estamos y no tenemos lo que no tenemos, aunque eso no sea exactamente así y no se pueda generalizar.
Sin generalizar no hay modo de decir. Y lo contrario, el dar detalles, nombres y apellidos, es, en nuestro caso, reinfectarnos eternamente.
Qué falta haría que una bomba de amnesia estallase sobre nuestra cabezas regresándonos al estadio de Guamá y ¿Guamasa?, aunque quedásemos zombies, o como dice Manuel Sosa, hechos unos insípidos , como los canadienses.
mira que hablas mierda loco... ni esa imagen es de la pelicula... jajajaja
ResponderEliminarY quien ha dicho que lo sea, subnormal.
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