Ifraín ostentaba su consulta en la calle San Rafael 469, entre Lealtad y Campanario, donde desde tiempos inmemoriales envasaban leche en polvo los de Unión Láctea. Escribo "inmemoriales" no tanto por la extensión cronológica, como por el efecto calma chicha en la Cuba revolucionaria, que borra la noción del tiempo al carecer de eventos-hitos referenciales.
Y cuando digo "ostentaba", advierto que hablo del mobiliario de caoba y punto, ya que su trato como psiquiatra, su dudosa cordura y su mala educación ofrecían vulgaridad y escasez de esperanzas.
Cuentan que Ifraín se volvió peor después de leer lo que escribió su archienemigo periodista , que firmaba sus ataques con el seudónimo Sistema. "Voy a destrozarte" -explicó en carta entregada en mano por un desconocido, al que pagaron con un paquete de cartulinas de colores para sus hijos, que procedían de la imprenta que publicaba el diario- y lo haré bajo ese nombre, para que sepas que soy yo y puedas decir, si eres hombre, que te acta el sistema. Carlos Ochoa Ochoa"
También cuentan que se debían entre ellos una apuesta relacionada con un acto homosexual pactado que uno de ellos incumplió; según qué rumor uno escuchase, se decía que uno y otro dio sin recibir.
Pero los rumores en la La Habana son lo que las cucarachas en las viviendas: puedes pretender ignorarlas pero te van a afectar.
Lo que no es rumor fue el primer ataque en tres párrafos, siendo el último el transmutó de rebelde comedido en descarado. Después de poner en duda la formación vienesa del psicólogo sacando la cuenta de las horas lectivas, y de arrojar sombras sobre las razones reales de su vuelta a la isla en los 70 - "Ni siquiera la freudiana Austria es tan tolerante cuando un escándalo cuando los protagoniza un varón extranjero con un alto cargo", concluyó que "A Ifraín López Teresa no le importan los pacientes lo más mínimo, es un chismoso que escribe un libro donde algún día todo aquel incauto presa de su capricho verá publicada su vida y milagros con suficientes referencias para que todo sepamos a quien señala; en resumen, acuda a su propio riesgo"
" Sistema, a 8 de Mayo de 19..."
La reacción del psiquiatra también constó de tres episodios.
Lo primero fue enviar una nota de protesta a la prensa de donde provino el ataque "digno del mejor reality show capitalista".
Después utilizó varios canales para conseguir entrevistas, en las que citó a sus numerosos hijos- seis- con el propósito de afirmar su heterosexual; le quedó bastante natural meter el tema en su perorata de la medicina mental en los países socialistas, desde el punto de vista de la infancia.
Lo tercero fue lo de la después famosa placa.
Se trata de una placa grabada en bronce pulido añadida a la sintuosidad de su consulta en Caoba, donde se lee:
"Usted no tiene cura, amigo o amiga. Si está aquí es para desahogarse. La psiquiatría, al menos la que yo conozco, es pura mentira. Las pastillas son lo que curan, pero en este país ni hay, salvo relajantes musculares"
Colocó encima de esa placa otra menor pero de letras mayores con la inscripción PLACA POR SISTEMA.
(continuará)
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