El problema de la postura, caso Juan Juan.

Dice Juan Juan que él no es político, sino que le han politizado. Esto es muy discutible, pero la opción de dejarlo pasar, lo mismo que dejar pasar "el autoengaño en que vivió durante 38 años", es viable para la disidencia interna y no para la externa. 
Para los primeros, se trata de ser realista y pragmático : si está conmigo no está contra mí. Es la postura de Claudia Cadelo, de Yoani Sánchez, de otros que desde Cuba se expresan.

Para la disidencia externa, se trata de no dejarles pasar ni una, de no mostrar empatía con quienes da la impresión de que se fingen -ahora- convencidos contrarrevolucionarios al haber disminuído su nivel de privilegios.
Esa gente de fuera también se cuestiona el nivel de compromiso real de los internos. Ejemplo,  Yoani  no se declara disidente, acogiéndose, según ella, al verdadero significado del témino, que ella,como filóloga, conoce. Mejor dicho, se declara no disidente. Según ella, porque que yo sepa el Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe: 

disidente

adj. y com. Que diside, que se muestra contrario a determinada opinión, creencia, doctrina u organización.

Por tanto, ella sí es disidente, habida cuenta de que disiente del régimen en cada artículo.
No se entiende el empecinamiento en negarlo.
Lo que se da en nuestro mundo escindido en dos, a ambos lados, es una especie de síntesis hegeliana. Cuba la tesis, Miami la antítesis-sin desmerecer el mismo encono y chivatismo y  afán de echar a rodar bulos, de linchamientos morales a quienes no siguen nuestra pauta. Todo muy triste, porque, al menos en los 80, que yo presenciara, lo que salía por la radio contenía el mismo grado de copro-verbosisad  ( hablar mierda) que Radio Reloj, sólo que de signo opuesto.
Pero hoy nos invade una especie de síntesis, de sincretismo de apariencia simpática y moderna, ese aire de los tiempos estilo "me gustan las mujeres pero también contemplo el homoerotismo como opción futurible", que en el fondo es peligrosa porque Castro no se bambolea; por el contrario sigue afianzado y bien afianzado en el poder, dividiendo al pueblo entre desposeídos de todo derecho y dignidad  y condenados al exilio.