Calificando de propaganda subversiva el proyecto Bruno Rodríguez ha rechazado con una sonrisa orgullosa la oferta altruísta de los exiliados para contruir en Ciudad de la Habana un mega hospital de acceso libre el pueblo equiparable al Cira García, con oxígeno en las habitaciones, limpio, equipado.
A diferencia del Cira García, el hospital no incluiría servicio de lavandería para clientes ni suites privadas u oficina de extranjería al tratarse precisamente de un hospital para cubanos normales residentes de su país. Tampoco garantizaba el suministro de comida a las cocinas, que correría por cucnta del estado cubano. Pero éste apenas debía autorizar la ejecución, que iba comenzar de inmediato con personal traído de USA incluyendo vigilantes para asegurarse de evitar los robos de cemento y material. El nombre propuesto -no obligatorio-iba a ser Miami Cuba Hospital. La propuesta incluía el entrenamiento al personal cubano desde la biomedicina última tecnología hasta el trato al paciente no discriminatorio al paciente nacional pobre y sin recursos, que impartiría el equipo de cuatro médicos aportados por varios centros y que no cobrarían, que representaban a las minorías judía, negra y homosexual y se especializan en discriminación afirmativa.
-Suponíamos sería difícil erradicar hábitos arraigados en el trato a la población masificada , como pasar por alcohol la misma aguja hipodérmica- declaró decepcionado Levi Simonson, del Mount Sinaí Hospital- pero nunca que fueran a rechazar el proyecto alegando que es propaganda anti castrista. ¿Cómo puede ser anti algo que ayuda? Pero ya estábamos recelosos, recordando el rechazo cuando el último huracán, de cosas marcadas no para la venta, que luego aceptaron y revendieron a los necesitados, incluyendo colchones para la cama y tejas. Mi esposa Zaida es cubano- hebrea y me contaba, yo no la creía.
Por su parte Maritza Smith , arquitecta y alto cargo del Miami Children's Hospital declaró sin contener las lágrimas:
-A mí hasta me llamaron aparte porque vieron mi firma junto a la maqueta del área infantil, preguntándome en tono acusador cómo tendría la poca vergüenza de decorar los cuartos infantiles con muñequitos subversivos capitalistas a unos niños que carecen de juguetes por culpa del bloqueo y cuya misión debe ser pioneros, no pequeños imperialistas.-ahi sonríe:- Pero les cayó fatal, cuando les dije que yo, mujer negra y mayor, recordaba cuando ellos prohibieron los juguetes, antes de venir a formarme en los USA. A veces pienso que mi enfrentamiento verbal tiro por tierra todo.
Fuentes periodísticas que pidieron no ser citadas nos compartieron una curiosidad.
El discurso de rechazo, surgido al principio por un impulso Ricardo Alarcón, fue tachado y reescrito por completo. Decía " Si cada cubano tuviese acceso a ese Hospital se formaría un caos circulatorio nacional en dirección a la Habana porque todo el mundo se accidentaria para que lo metiesen en un cuarto con TV y aire acondicionado; ese proyecto no va, el país necesita trabajadores, no enfermos"
Las declaraciones de Bruno Rodríguez son más esquemáticas:
-Los gusanos dicen causa no empresa. Nosotros decimos dénnos el dinero del hospital y nosotros sabremos qué hacer con él.
NF
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