Las variantes del ladrido mediático de Cuba.

Para nosotros exiliados cuanos la única medicina ha sido la huída . Para los traidores y sometedores ha sido mentirse, hasta hace nada.
En los 60 y 70 se mentía sobre las conquistas industriales y económicas. La dedicatoria al escéptico inmigrante  era rajados y cubanos. Gusanos.
En los 80 y 90 el discurso oficial mudó del triunfalismo a la resistencia heroica. El cubano que denunciaba pasó a ser un  asalariado de la mentira propagandística yanqui.
Pero desde el 2000 ya no se molestan en negar con el mismo énfasis la evidencia gráfica del fracaso, de la gran tomadura de pelo del gran dictador.
Ahora cuando cantamos las tristezas, los contrastes y las injusticias discriminatorias, se limitan a llamarnos traidores que nos alegramos del mal, transformando la denuncia en un acto vil de recogijo, y sobre todo, olvidando que no es nuestra culpa.
¿No equivale a reconocer el fracaso sin conseguir transferinos la culpa? Ya han mordido el cordobán de la derrota internacional, pero los mastines muertos no sueltan la presa.