Quienes han leído por aquí mis historias, quizá recuerden la de la vecina que pintó los cristales de su casa para andar encuera con su querido negro , mientras con navaja arrancaba los ojos a los santos del anterior inquilino, y nos mandaba decir a mi madre que la Virgen era una (jinetera de hoy) , y replicando a sus reproches de casada pega tarros que no hay nada como un negro sobre una sábana blanca. Aparte de ser ocurrente, esta Cuca era una profesional de la maldad y la delación, sin ser del Comité.
Un día también ella se fue a Miami, cuando se cansó de pegar tarros y su nivel de vida bajó que ni robándose las cosas que inventariaba -a veces para delatar la falta y estropear la salida del país al mismo que le hicera el favor y se sentaba ya en el avión.
Pero los aviones y ella tienen alguna relación rara de espionaje. Porque lustros depués de habernos ido a España, y sin cartearnos con ella ni con nadie conocido, fue llegar mi padre a Miami y telefonear ella a casa de mi tía preguntando qué tal llegara.
¿Cómo supo del viaje, casi improvisado? ¿Cómo supo a casa de quién iba, y el teléfono? A menos que tuviera los teléfonos de Miami intervenidos, pero mi familia es lo más apolítico y menos apetecible para el G2 ni la CIA.
De que eso ocurrió, ocurrió, así que piénselo dos veces antes de llamar a un cubano paranoico.
Todos conocemos a alguien asi, si hace tiempo no sabes de alguien , le preguntas por casualidad ....y te da hasta el telefono...
ResponderEliminarNo creo que sea nada fácil saber quién viaja, ni siquiera estando pendiente de esa persona. Me niego a creer que los chismosos criollos superen a ls servicios secretos del mundo.
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