La naciones del mundo se solidarizaron con Sudáfrica como una sola, empeñadas en tumbar el apartheid, y lo lograron.
Los reporteros del mundo estaban allí, gritando libertad y fin del apartheid. Comparando con mi país hoy la solidaridad pro Cuba sin abusos es ridículamente light. Consiste en debatir si se añade o borra el nombre de Cuba de listas de países que violan los DDHH, cuando cada día se sabe que se hace. Sanciones ridículas , que apenas rozan con un dedo el ego de Fidel.
España, como país que amó a la colonia que más lloró perder, por nuestra gracia y desarrollo y semejanza, es la que más se hace eco de los abusos del esbirro. Algún reportajito de TV, nada de, por ejemplo, ir a Cuba algún reportero como la indomable Mercedes Milá, ella sabe que la arrestarían, y lo mismo cualquiera otra figura del periodismo.
Cuba arrestaría a Mercedes Milá, a Iñaki Gabilondo, a cualquiera que tuviera cojones a ir allí a entrevistar al pueblo o interrogar a los líderes.
Si esto ocurriera hoy, sería un incidente internacional que el actual ministro de exteriores se pasaría por el forro.Todo dependería pues del heroísmo del reportero, pero qué quieren que les diga, de boquilla mucho. Al final, de cada cien personas que hablan de Haití sólo surge un Sean Penn.
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