La vida humana está por encima de todo y de todos. Según el desarrollo de la conciencia de la humanidad de hoy, ningún argumento puede justificar que se lesione o se pierda, o se interrumpa, la vida plena de todo hombre y mujer. En el mundo actual, cada persona normal y decente, experimenta un gran rechazo a las agresiones a la vida humana. Vengan de donde vengan o se justifiquen manipulando los más elaborados argumentos. Nada justifica la muerte infligida o permitida, directa o indirectamente, a una sola persona, ni siquiera la violación de una sola de las dimensiones corporales, morales y espirituales de la más humilde o desconocida persona humana. Es por la centralidad y la prioridad de la persona humana sobre toda institución, ideología, religión, poder político o interés económico, que los Derechos Humanos son, hoy día, el rasero y la medida ética de la legitimidad y la bondad de los gobiernos y de las relaciones internacionales. Ningún Estado puede, sin ponerse en contradicción con la búsqueda del bien común, que es su razón de ser, definir cuáles son esos derechos y mucho menos escoger cuáles sí y cuáles no, o separar unos de otros, o priorizar unos a costa de violar otros. Y mucho menos justificar la violación de alguno de ellos porque en otros países o regiones enteras se violen esos u otros derechos. Que los demás roben no significa que robar sea bueno o permitido o que se relativice la gravedad moral del robo. Todos sabemos en la segunda década del siglo XXI, que los Derechos Humanos son indivisibles, universales e inalienables.
Mi nota : ¡no cabe siquiera empezar a abordar el respeto a la vida humana en Cuba!
Empezando por la pérdida de tiempo, que es vida, durante 51 años a los 16millones de personas víctimas del castrismo, dentro o fuera de la isla cárcel, y siguiendo por el modo como se ha fomentado la promiscuidad en las "escuelas al campo" para incentivar la asistencia, con resultado de embarazos no deseables y el aborto gratuito estatalizado , y llegando rasta cómo se terminan los embarazos ante la menos sospecha, hasta de 26 semanas (medio año, es decir, seis meses) para reducir la tasas de mortalidad infantil y conseguir colocar a la jaula de monos esclavos por debajo de los USA o Canada y Holanda. Y esos hospitales cochambrosos para cubanos, y los muertos de hambre y frío en Mazorra, y la indignidad de la vivienda en la Habana en muchos casos, la calles con aguas fecales ruinosas, llenas de cucarachas y ratones. No de gatos, porque se los han comido los cubanos... |
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