Reclusión domiciliaria de regalo.
LUIS FELIPE ROJAS
Después de mi detención por unas horas el martes 11 de mayo donde me informaron que tenía prohibido salir del poblado hasta después del día 16 de mayo, regresé a mi vivienda, como es lógico. Nunca pensé que la prohibición iría acompañada de un plan que incluía dañar además a mis dos hijos. Desde es momento y hasta el domingo pasaron autos por la calle donde está mi casa y “casualmente los militares vestidos de ropa civil para dar vital prueba de -aquí estoy- hacieron sonar los claxon en la ventana donde duerme mi hija de 16 meses de nacida, enviaron inspectores y vigilantes sanitarios para chequar no sé qué y llegaron también los que se ofrecieron con apariencia de casuales visitantes para husmear en mi casa.
Parte del saldo fue la alteración de mi hijo Malcom asomándose cada rato “a ver si se fueron los policías” y los sobresaltos en el sueño de la menor. Los ancianos que viven conmigo vieron la otra cara de Cuba, la contemporánea, la que “Fidel se lo cumplió”.
Sin embargo mi esposa Exilda y yo no hemos dejado de soñar la libertad.
Cuando un dispositivo policial se pone en pie con más de veinte hombres para vigilar a un escritor y que sus escritos no se encaramen en las autopistas del ciber espacio algo se ha roto en la maquinaria represiva de la dictadura. Por qué tanto alboroto para que un puñado de hombres libres no vaya a celebrar el nacimiento de un mártir de la democracia , en este caso el de ORLANDO ZAPATA TAMAYO en Banes Holguin?
Debo aclarar que la reclusión de seis días nos daba -según dijo el G-2- la oportunidad de salir sólo a las calles de San Germán, pero custodiado por dos gendarmes. Pude haberlos paseado por las calles pero ese no es el performance que quiero hacer. Mis hermanas las Damas de Blanco son ya insuperables en eso y mi acción sería una minúscula caricatura de desobediencia civil.
Los amigos de twitter desde la Habana, Canadá y España recargaron mi crédito del móvil. De Miami y Texas llegaron mensajes de aliento y otras recargas para seguir noticiando a través de ese organismo que se ha convertido en una bala de cañón.
El padre Adonis González Betancourt vino a casa para que nos fortaleciéramos aún más en la fe y nos sintiéramos acompañados. Los mensajes de texto del padre Pablo Emilio Presilla llegaron siempre sin tardanza desde Antilla. La solidaridad humana es una cinta elástica, nunca sabremos hasta donde alcanza.
Aún así rememoramos a Orlando Zapata y enviamos mensajes de agradecimeintos a Reyna Luisa sola con su familia pues a ningún hermano le permitieron llegar hasta allá. Hubo muchas detenciones, habra otrás más pero ZAPATA VIVE, BOITEL TAMBIEN.
Después de levantar el dispositivo de vigilancio sobre mi vivienda el domingo al mediodía hemos vuelto a escuchar los pregoneros vendiendo presillas plásticas, caramelos,mermeladas,pescado fresco,galletas de sal…
Nadie puede frenar ese potro desbocado que es querer la LIBERTAD.
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