Pepito va inocente con su mochila del colegio, esquivando las piedras del camino orgulloso y sumido en sus musarañas de niño, mientras el lobo que lo acechaba,malvado,chivato, hijüeputa y satánico lo sienta en una piedra y le abre los ojos:
-Tu padre es un pedófilo. Un mafioso, un pega cuernos , un ladrón, un ...
Lo peor.
Pepito se traga las lágrimas, desamparado, cogido desprevenido, y sólo atina a preguntar:
-Y si todo eso es cierto, ¿por qué mi papá no está preso?
En el cine hay lágrimas , encabronamiento y opìniones divididas. Qué manera de estropear una historia bonita, de traumatizar al niño - niño que a estas alturas ya está llorando, porque el lobo ha proseguido a probar todas sus afirmaciones una por una, con fotografías y videos a los que Pepiro nunca tuvo acceso, incluso con evidencia a la que Pepito sí tuvo acceso pero no retuvo porque era un tierno bebito. Qué cojones, con la verdad por delante, coño: que madure y lo asuma y aprenda a vivir con ello- pero nadie le enseñará a hacerlo, porque nadie en este mundo ni en esta galaxia ni en las venideras puede librar a Pepito de su papá.
Supongo que ya captaron que hablo de Pepito, el inocente pueblo cubano que aún tiene a Fidel por papá y lo ama.
Las pruebas no dejan duda, no tarda ni dos minutos en hacer efecto.
Lo mismo que aquella bacteria que decían de la CIA, para que sólo los americanos vendían el antídoto.
Después sigo...
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