Fidel miente afirmando que él es Cuba, diciendo en nuestro nombre “nosotros”, pues nadie refrendó jamás con su voto una sola de sus locuras económicas y socio-políticas. No tiene derecho a decir que quien no lo quiere no quiere su país. La gente ha aguantado esto medio siglo, pero cada día Cuba pierde a un hijo que huye espantado y lloroso.
Una de esas personas me ha inspirado esta entrada, sacando tiempo de mis clases.
María llegó hace apenas dos semanas procedente de Cuba. Llegó con sesenta años, hipertensión y pasaporte español, el cual no le supondrá ninguna pensión- como tendría en los USA -, según fue informada, debido a no haber cotizado allá, y debido –añado yo- a las muchas cosas extras que quitaron.
María tendrá medicina gratis, cosa que ya tenía, y medicinas y la posibilidad de estar ingresada sin tener que llevar de su casa sábanas , el cubo para bañarse- con agua fría- etc ni su comida.
María ya está trabajando.Interna en una casa de ricos, acompañando a una octogenaria y apenas descansa 1 día. Tiene un sueldo bien mísero- 500 euros mensuales-que sería la locura de un millonario en su isla. María tiene un balcón frente al mar, no tiene que hacer nada, sino dar órdenes a la cocinera y hablar con la anciana que cuida. A la enferma no le gusta la calle, ni siquiera bajar a la planta baja, que es la casa de verano, o cruzar la carretera desierta para visitar la piscina y jardines de su hijo.
Pero ¿creen que María es feliz? No. A Cuba no vuelve, pero ese trabajar lo va a dejar. Una persona necesita ser libre, hablar a muchos y de muchos temas, disponer de su vida, expresar su opinión, decidir cada paso que da.
A poca honestidad que se tenga y por muy socialista que se sea -entiéndase adverso a los USA en cualquier modo de pensamiento palabra y obra- uno se da cuenta de cuál es el problema del cubano presidiario en su propio país. Libre para andar a ninguna parte y libre de hablar lo que exprese agradecimiento a la reja y al carcelero, nada más.
Cuando María deje ese trabajo, nadie la contratará , a su edad. No tendrá literalmente de qué vivir. Y porque María prefiere eso a ser esclava, es tan injusto tachar de gusanos capitalistas a los desean los mismo que ella.
Pese a que tendría nueve años cuando llegó el caos, María es heredera de unos buenos modales y dicción antiguos.. Camina con el cuello erguido con la elegancia que vivió en su casa en otros tiempos. Pero cuando la provocan dice, sin alterar el gesto:
-¡Ni pinga vuelvo!
María se fue una mañana, como canta Pasión Vega, para no volver.
María llegó hace apenas dos semanas procedente de Cuba. Llegó con sesenta años, hipertensión y pasaporte español, el cual no le supondrá ninguna pensión- como tendría en los USA -, según fue informada, debido a no haber cotizado allá, y debido –añado yo- a las muchas cosas extras que quitaron.
María tendrá medicina gratis, cosa que ya tenía, y medicinas y la posibilidad de estar ingresada sin tener que llevar de su casa sábanas , el cubo para bañarse- con agua fría- etc ni su comida.
María ya está trabajando.Interna en una casa de ricos, acompañando a una octogenaria y apenas descansa 1 día. Tiene un sueldo bien mísero- 500 euros mensuales-que sería la locura de un millonario en su isla. María tiene un balcón frente al mar, no tiene que hacer nada, sino dar órdenes a la cocinera y hablar con la anciana que cuida. A la enferma no le gusta la calle, ni siquiera bajar a la planta baja, que es la casa de verano, o cruzar la carretera desierta para visitar la piscina y jardines de su hijo.
Pero ¿creen que María es feliz? No. A Cuba no vuelve, pero ese trabajar lo va a dejar. Una persona necesita ser libre, hablar a muchos y de muchos temas, disponer de su vida, expresar su opinión, decidir cada paso que da.
A poca honestidad que se tenga y por muy socialista que se sea -entiéndase adverso a los USA en cualquier modo de pensamiento palabra y obra- uno se da cuenta de cuál es el problema del cubano presidiario en su propio país. Libre para andar a ninguna parte y libre de hablar lo que exprese agradecimiento a la reja y al carcelero, nada más.
Cuando María deje ese trabajo, nadie la contratará , a su edad. No tendrá literalmente de qué vivir. Y porque María prefiere eso a ser esclava, es tan injusto tachar de gusanos capitalistas a los desean los mismo que ella.
Pese a que tendría nueve años cuando llegó el caos, María es heredera de unos buenos modales y dicción antiguos.. Camina con el cuello erguido con la elegancia que vivió en su casa en otros tiempos. Pero cuando la provocan dice, sin alterar el gesto:
-¡Ni pinga vuelvo!
María se fue una mañana, como canta Pasión Vega, para no volver.
¡Oiga, que historia mas bella pero triste!
ResponderEliminarComo lo son ls historias,los miles de ellas que nos afectan.Puro exilio y drama.
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