Llegan dos más a mi ámbito.

250 euros mensual; agua y luz , aparte. 

Llegaron a Tenerife un hombre y su madre, para partir de cero y con la que está cayendo.

Prácticamente cero oportunidades laborales, aunque él esté dispuesto a trocar -qué remedio- su señor puesto de burócrata en Cuba por el de humilde camarero, o "valet" o "segurista ". 

Aquí los hoteles mal  funcionan con la tercera parte del personal de antes y un cuarto del que sería necesario. Los turistas acuden sin dinero y trayendo el "todo incluído". Como no dan vida al comercio que vivía de ellos ¡tantos están cerrando! 

La madre del nuevo desempleado está a las puertas de la ancianidad.

Se alojan en un modesto y oscuro apartamento, muy barato, para tener una dirección con que poderse empadronar. Sito en lo último de la villa, sin televisión , dos camas que hay que arrimar para que el  armario abra , colchones erizados de muelles. Para cocinar disponen de un jarro, una sartén,

gas y fósforos.

Me dije : mejor los visito justo la primera mañana, porque gracias a las 24 horas de retraso en la llegada, la perdida que se dieron en la T4 de Barajas y la pérdida del vuelco conexión, ni habrán notado las faltas ni sentido los muelles en el lomo.

En efecto, habían dormido bien, desayunando leche en polvo que trajeron de Cuba y café. Mi miedo era preguntarles,  en los días subsiguientes, como hallaban el cambio .

Los dos encantados.

-Esto es tan tranquilo ( Señores, el pueblo llamado El Fraile es todo menos eso)

-¡Cuba está tan mal! El apartamentico de lo más bueno, limpio, algo pequeño...

-Y la nevera vacía, ja, ja, ja...¡Hay que llenarla! Pero ya vimos arroz, a 85 "centavos" la libra.

La vieja se quedó muda ante la vitrina llena de salchichones, de esa tienda raquítica y cara. Los ojos se le salían, pero nada decía. Quizá porque no tenían dinero cambiado, quizá por no parecer desesperados o guajiros.

Ella  y el hijo se apretaban las manos agarradas, más nada.
Dicen :
-¿Atrás? Ni para coger impulso.-dicen