HOTELES DE CINCO ESTRELLAS CON RECURSOS HUMANOS QUE MERECEN CINCO HOSTIAS

Hace poco una amiga fue a pedir trabajo al hotel Jardines de Nivaria, en Tenerife. La gobernanta la acusó, sin conocerla de nada, de dejar que pasen las festividades antes de buscar trabajo. ¿Qué cojones sabe ella? Coincide que en el caso concreto es, encima, mentira. Trató a mi amiga tal como son ellos: mierda humana. Yo trabajé allí y doy fe que a ninguno de ellos les importa el hotel sino conservar su puesto de trabajo y sobre todo el poder y la malévola arrogancia que pueden permitirse. Adulan a los jefes, les mienten, mienten respecto a clientes, mienten respecto a compañeros de otro departamento, empezando por la gobernanta que si no yerro sigue siendo Yaya y sus cinco subgobernantas. Chismes maliciosos, injusticia. Yo sí sé qué es entregarme al trabajo, yo he llevado cunas a clientes que llegaban con un niño sin tener la habitación preparada, y lo he hecho porque me he puesto en el lugar del cliente y así he dado mejor fama al hotel. Por supuesto no es mi trabajo, podría negarme y formar el show, ganarme un parte -del que me libraría a largo plazo- y acusar a la irresponsable: casi a diario las imbéciles de las camareras rompían rieles de ducha por no saberlos instalar, y por dejarles un croquis me gané un aviso de despido de Dirección...eso sí es un gasto al hotel incluso he tenido que retirar cunas rotas y hasta vomitadas que las camareras de piso habían colocado para una llegada.

Jamás recibí medallas ni las quiero, pues suponen el compromiso de olerle el culo al jefe, que  es el primero que se rodea indefectiblemente de aduladores capaces de dar sus nalgas y las de sus mejores empleados en el momento que se les antoje.