El cubano azorado llega buscando trabajo de cuidar viejos para arreglar su
casa en Cuba. Brinda ayuda para escoger el arroz. Si compra carne va mirando a
ver si alguien le sigue. Cocina sin condimentos, los ha olvidado. Agita los
yogures antes de abrirlos. Vive en Babia : No mira noticias ni las entiende,
solo le interesan las novelas. No usa esponja de baño ni tapa la comida en la
nevera, a la que llama aparato. Se presenta en tu casa sin avisar ni tocar al
timbre, prefiere dar una voz en la calle.
Cuando ve violencia , asaltos, niños desaparecidos,
dice que eso en Cuba no sucede. No quiere que le demuestren lo contrario. No quiere ni oir hablar de eso echándolo todo al saco de propaganda yanqui. Exculpa a Fidel de
todos los males de Cuba. Se abre cuenta en Facebook. Poco a poco comienza a navegar por Youtube y Twitter. Después de ver y aprender la realidad decide no
volver a la isla amada, en dependencia de quién le quede allá. Comienza a mandar remesas y se busca un locutorio donde le cobren la llamada a menos de 1 dólar el minuto. Dichos locutorios son una gritería sin intimidad donde se escucha si le llegaron los zapatos ¡o las botas de invierno, en Cuba muy cotizado y chic! No todos se quedan. Sobre todo las viejas
con pensión en Cuba, muy mayores para cuidar viejos suelen volver, ahora que la vaca de España ya no
da más leche ( ya no les da pensión vitalicia "por ser parientes de’’), se van auto-convenciéndose de que aquello es mejor , pero no pararán de pedir remesas hasta que se mueran. Eso si no vuelven aquí antes, yo sé de casos de viejas que vuelven a cuidar viejos españoles, estando para que las cuiden a ellas. Además, aquí
se aburren, mientras que allí se entretienen en la cola chismeando y
especulando para resolver la comida, se ha hecho parte de su vida diaria.
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