CUBAENCUENTRO ha recibido el siguiente documento, elaborado por cirujanos del hospital Calixto García
20/09/2012 9:12 am
Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.
Pero, en lo común de la naturaleza humana,
se necesita ser próspero para ser bueno.
José Martí
Carta
abierta del Servicio de Cirugía General del Hospital Calixto García al
Primer Secretario del PCC y Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz
El
hospital Calixto García de la Habana tiene como misión brindar atención
médica especializada preventivo-curativa y de rehabilitación de forma
ininterrumpida a la población, mediante asistencia médica de calidad y
alto nivel profesional[1]. Con sus más de 100 años de historia ha sido
una escuela permanente de los cirujanos del país, y un elemento
importante en la lucha de nuestro país por su independencia; muchos de
nuestros profesores fueron combatientes de la clandestinidad[2] y
brillantes médicos en misiones internacionalistas de gran importancia.
Los cirujanos de este hospital, respetando el juramento hipocrático[3],
se han caracterizado históricamente por ser críticos y autocríticos,
pero sobre todo combativos ante las dificultades, las decisiones mal
tomadas, y los múltiples errores que afectan a nuestra nación, y que
poco a poco ponen en peligro el futuro, considerando la salud como un
pilar de las transformaciones surgidas en el periodo revolucionario, y
nuestro deber brindar una atención médica profesional y digna, acorde a
los adelantos científicos del siglo XXI.
Luego de innumerables
informes a la jefatura de servicio, la dirección del hospital, de
discusiones en el seno de los núcleos del PCC, y la imposibilidad de
participar en análisis a otros niveles con los dirigentes del ministerio
desde hace mucho tiempo, donde el personal médico plantee sin
restricciones sus opiniones[8] y formas de resolver los grandes
problemas que hoy afectan al sector de la salud y que incluye desde la
formación hasta la atención médica directa, un grupo de cirujanos
consideró su deber elemental[8, 9, 10], y acordó enviar esta carta a su
persona, con el único fin de informarle elementos sumamente graves en la
atención al pueblo cubano, que al parecer por el tiempo que viene
sucediendo en la salud pública en general y en nuestro hospital en
particular, y la falta de proyecciones inmediatas para resolverles, son
desconocidos por la alta dirección política del país, contrastando en
proporción inversa con el discurso oficial de nuestros medios de
difusión
La atención médica, y sobre todo quirúrgica, en nuestro centro, es un gran desastre, caracterizada por:
- Hospital destruido en su estructura física, por su edad e innumerables reparaciones de pésima calidad y corta duración.
-
Falta de importantes recursos en la atención a los pacientes por
distribución inadecuada, por gestiones insuficientes o por exceso de
trabajo ante la reducción de la actividad en otros centros por causas
similares.
- Deterioro humano mental acompañante por la pérdida
de la mínima atención al hombre, que bajo largas jornadas de trabajo
gratuito en un número importante de horas, y en un país donde las
gratuidades se terminaron, tienen un confort para su trabajo que está
por debajo de la de cualquier lugar pobre del mundo.
Nuestro
centro hospitalario, en el aspecto quirúrgico, se ha ido reduciendo, de
unos 30 salones para todas las especialidades, a no más de 10 en la
actualidad, los que aún con gran destrucción brindan esta vital atención
al pueblo; las irregularidades en estos salones, sus continuas roturas
de aires acondicionados, falta de agua, falta de equipamiento adecuado
en algunos de ellos, provocan que pacientes con cáncer no puedan ser
intervenidos a tiempo en nuestra institución, que otros con patologías
benignas susceptibles de ser resueltas de forma mediata a su diagnóstico
lleguen complicadas por la falta de rapidez en la solución de sus
problemas, y como si esto fuera poco, las patologías urgentes también
tienen grandes dificultades. Estas, que constituyen un número
importantes de casos, que llegan remitidas de cualquier lugar de la
ciudad, muchas veces mal enviadas, poniendo en peligro la vida de los
pacientes y causando incluso muertes que teóricamente se podrían haber
evitado, y a pesar de que es la única prioridad quirúrgica con que
trabaja el hospital una buena parte del tiempo, deben en ocasiones
esperar más de 24 horas entre su anuncio y su intervención urgente,
debido sobre todo a la falta de disponibilidad de salones, del personal
suficiente y adecuado, pero además al cansancio físico y psíquico de los
médicos que plantean, replantean y discuten los problemas a todos los
niveles posibles y/o hacen buena parte de las veces de camilleros, de
auxiliares de limpieza, además de cargar con toda la responsabilidad de
un paciente enfermo ante su familia, el propio paciente y la sociedad.
Las deficiencias en el sistema de atención médica son tan graves, en
nuestra opinión, que nos obliga por estas cuestiones y otras de recursos
que se mantienen de forma transitoria o permanente, a no brindar una
atención profesionalmente ética y digna a nuestro pueblo, como es
nuestro sagrado deber.
Por otra parte, las reparaciones
emprendidas en nuestro centro, y que llevan más de 10 años de ejecución,
poco han cambiado la inviabilidad de un hospital horizontal en los
tiempos actuales; la mayoría de las reparaciones son coloretes a
edificios viejos, realizados con una pésima calidad y, por supuesto, una
corta duración, lo cual aumenta la frecuencia de la nueva reparación.
Salas que han demorado 10 años, hoy se desmoronan 4 meses después de su
apertura, ante el primer aguacero; filtraciones, derrumbes en los falsos
techos, y un número importante de áreas declaradas inhabitables,
constituyen el diario en nuestro trabajo y la estancia de nuestros
pacientes. Las suspensiones de operaciones por causa del clima, del
agua, insuficientes salones, o de cualquier cosa, dejaron de ser
imprevistos, para convertirse en algo cotidiano. Ya las unidades
quirúrgicas dejaron de ser las que tienen que estar listas para resolver
los problemas de los pacientes, ahora somos los cirujanos los que
tenemos que priorizar a uno u otro paciente en una lamentable y
desgastante búsqueda de oportunidades quirúrgicas para un cubano que
solo conocemos lamentablemente por causa de su enfermedad.
Solo a
este panorama deprimente necesitamos sumarles las condiciones de
confort que tienen los médicos y el personal en general, donde empezando
por un salario que no le alcanza para vivir a él y a su familia, una
atención degradante en los servicios de trabajo y guardia, que incluyen
la ausencia de un lugar para descansar en las largas jornadas
quirúrgicas o de trabajo, los varios kilómetros caminados en el
recorrido entre salas, bajo el polvo, el sol y muchas veces la lluvia,
la pésima calidad y suficiencia de la alimentación, la falta de un lugar
decente donde practicar sus necesidades fisiológicas, y duchas para
refrescar en el intenso calor o su limpieza ante una intervención
contaminante, casi obligan, cuando se convierten en permanentes, a
cambiar mentalidades. La fatiga, bien estudiada duplica las
complicaciones[4, 5, 6, 7]; si además adjuntamos la cifra ridícula de 10
litros de gasolina que le dan mensualmente a los afortunados que tienen
autos, y que no alcanza ni para ir al trabajo la primera semana del
mes, entre otras muchos maltratos, se completa el cuadro de deterioro
que influye de forma determinante en la atención medica que se le brinda
al pueblo. Hoy es imposible pedirle a un médico, aún con auto, que
acuda al hospital en el horario de la noche a ver su paciente operado, o
que venga el domingo, como ha sido habitual en los cirujanos
históricamente; más que eso, es imposible pedirle que venga a
reintervenir un paciente complicado a las 10 PM y que no hace falta ser
muy inteligente para saber lo que pasa con un caso que se ha tenido que
reintervenir 5 veces por cirujanos distintos.
Nosotros
consideramos que esta situación desastrosa indiscutiblemente genera
complicaciones en los pacientes, donde estudios demuestran que después
de 6 horas de trabajo de un cirujano las complicaciones se le
multiplican [4, 5, 6, 7]; por supuesto, hablamos de trabajo con confort
adecuado. También en muchos casos, la muerte, que le brindamos cuando se
trata de un paciente terminal que casi no tiene salvación, no es
éticamente digna, pues no se puede hacer con él lo que merece o lo que
se debe hacer, en el tiempo que se debe hacer: ejemplos múltiples
tenemos todos los cirujanos que laboramos en este centro, y gran parte
de la población que observa y critica que lo que se dice en el panorama
informativo nada tiene que ver con nuestro país y nuestros hospitales.
Pensamos
que el gobierno nuestro tiene compromiso en todo esto, pues existen
para satisfacer las necesidades del pueblo, para resolver los problemas
del pueblo, de los trabajadores, porque simplemente son los responsables
de mantener los centros hospitalarios, de que los trabajadores se
formen adecuadamente en un sistema educacional justo y de calidad, que
les imprima una educación ética y consecuente con la labor que van a
realizar, o nadie piensa por qué los médicos, ingenieros, constructores,
en las misiones se entregan en su trabajo: lo hacen porque el trabajo
genera su mejoría, la de su familia y la de la sociedad donde viven,
pero por desgracia, eso solo se alcanza en nuestro país saliendo del
mismo, saliendo del país que nos vio nacer[10], el que es nuestro, por
derecho, el que nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de
arrebatarnos nuestra identidad por ningún concepto, y por el que debemos
entregar incluso la vida para que siga siendo nuestra nación
independiente.
Las desgracias narradas no vienen solas, llegan
despacio cuando se mantiene por años la inversión del nivel de vida de
las personas con su capacidad y entrega, ley socialista bien conocida
por todos: “a cada cual según su trabajo”. Cuando los gobiernos, con sus
leyes, decretos, circulares especiales, y sus decisiones y
disposiciones, van comprometiendo el futuro, ¿hasta cuándo vamos a
agradecerle a la generación del centenario por haber cumplido con su
deber y su obligación de liberar a Cuba, mientras nuestra generación
espera para cumplir con su deber de desarrollar y darles a nuestra
familia, a nuestros hijos, a nuestros hermanos cubanos la vida que se
merecen, mientras las destructoras huellas de la corrupción transitan
con libertinaje singular para cada lado de la sociedad al que se pueda
dirigir la mirada? Como decía José Martí: “en lo común de la naturaleza
humana, se necesita ser próspero para ser bueno”. El gobierno es
responsable de todo esto, y no solo de saberlo, sino también de
resolverlo. Por eso, y antes de que continúe siendo tarde y sucedan
acontecimientos como los del hospital de Mazorra, decidimos en este
colectivo de médicos, sacrificados, trabajadores, dedicados, éticos, y
sobre todo bien mal tratados, informar a usted y a los responsables de
todas estas preocupaciones, graves en nuestra modesta opinión, desde
este lugar tan subvalorado en la escala social como lo constituye el
heroico e histórico servicio de cirugía general del hospital más antiguo
de nuestra querida patria.
[1] http://bvs.sld.cu/cgi-bin/wxis/dis1/
[2] http://files.sld.cu/cirured/files/2011/06/de-mis-memorias.pdf
[3] Juramento Hipocrático. www.sld.cu
[4] Editorial. Revista Canadian Medical Association Journal http://www.cmaj.ca/
[5] Journal of the American Medical Association
[6] http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/05/24/noticias/1306246063.html
[7] http://www.elmundo.es/blogs/salud/profesionsanitaria/2011/05/18/un-tacografo-para-los-medicos.html
[8]
“Ahora hablará el que quiera, bien o mal, pero hablará el que quiera.
No es como ocurría aquí, que hablaban ellos solos y hablaban mal, habrá
libertad”. Discurso de Fidel Castro. Parque Céspedes, de Santiago de
cuba, el 1 de enero de 1959.
[9] …¿Cómo vamos a decir: “esta es
nuestra patria”, si de la patria no tenemos nada? “Mi patria”, pero mi
patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de
hambre. ¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será
patria para el pueblo. Patria no solo quiere decir un lugar donde uno
pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar
donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar
el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane
por su trabajo. Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano,
porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le
roban lo que tiene, no es patria. Discurso pronunciado por el
Comandante Fidel Castro Ruz, en la Plaza de la Ciudad de Camagüey, el 4
de enero de 1959.
[10] …Precisamente la tragedia de nuestro pueblo ha
sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no
tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra
se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y
no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden. Y eso es
verdad y ustedes lo saben. Discurso pronunciado por el Comandante Fidel
Castro Ruz, en la Plaza de la Ciudad de Camagüey, el 4 de enero de 1959.
http://baracuteycubano.blogspot.com/
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