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Me reservo el derecho de publicar noticias ficticias -debidamente señaladas NF- cuando la realidad me aburra, alternando con mis entradas de opinión.

viernes, 27 de agosto de 2010

En Cuba, un médico aún no puede costearse una línea de móvil.

Suena el móvil, pero no lo descuelgo. Espero que el ring ring se apague y me voy a un teléfono cercano para marcar el número que ha quedado registrado. He advertido a mis amigos que me hagan una llamada perdida y después les respondo, pero algunos insisten y olvidan el alto costo de un minuto de conversación en la red celular. Tengo con ellos un código de dos timbres si es urgente y tres si se trata de algo que puede esperar. Cuando estoy en la calle y vibra el artilugio que llevo en mi bolso, busco un terminal público que acepte monedas o al que no le hayan arrancado el manófono.
Aunque la empresa de telecomunicaciones ETECSA informó que el número de usuarios de móviles superará pronto el millón, seguimos siendo minusválidos en esta tecnología. Recibir una llamada nacional es una locura, configurar el MMS puede llevarnos horas de pelea con las operadoras y encontrar un lugar donde vendan tarjetas de recarga se parece al filme “Misión imposible”. Como un adolescente al que le han crecido los pies y ya no le entran los zapatos, a nuestra telefonía celular le ha aumentado el número de abonados pero sin la correspondiente mejoría en la infraestructura. Pues tal crecimiento no obedece a un desarrollo integral sino que está dado por el deseo de recaudar –a toda costa– esos billetes convertibles y de colores que simulan al dólar.
A pesar de las recientes rebajas para darse alta, un médico aún no puede costearse una línea de móvil, pero la policía política goza de tarifas subvencionadas en moneda nacional. No es posible tampoco abrir un contrato para pagar a fin de mes, pues estamos condenados a tener un fondo previo para lograr comunicarnos. Muchos nos sentimos estafados por ETECSA, pero el monopolio estatal no permite que otros competidores nos ofrezcan un servicio mejor y más barato. Mientras aparece una solución, miles de usuarios ensayamos un extraño código morse con los celulares: un timbre, dos, tres… ¡No respondas al otro lado! sólo corre hacia el teléfono más próximo.

Parece que permitirán a Juan Juan salir de Cuba


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Juan Juan Almeida with his daughter, Indira, and wife, Consuelo yesterday in Miami
The day that Juan Juan Almeida announced the start of his hunger strike was like reliving the nightmare we'd experienced with the long fast of Guillermo Fariñas. "This is the worst of all decisions," we, his friends who love him, told him, sure that he would not withstand the rigors of starvation, nor that the authorities would yield before his empty gut rebellion. Fortunately we were wrong. It turned out that the talkative JJ -- as his close friends call him -- was not only willing to take his chances arm wrestling with the government, but seemed willing to sacrifice himself for all of us, who have repeatedly been denied permission to travel outside this archipelago.
The jovial forty-three-year-old leaves us a painful but effective lesson, because although we have no elections to vote directly for those who govern us, nor courts to accept claims of police abuse, much less means by which a citizen can denounce the immigration restrictions holding the national territory in their grip, we still have our bones, our skin, our stomach walls, to reclaim, by way of the fragile terrain of our bodies, the rights they have taken from us.
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Juan Juan Almeida with his daughter, Indira, yesterday in Miami. The two had not seen each other for five years.
Translator's Note:
Juan Juan is the son of the recently deceased Juan Almeida Bosque, one of the original commanders of the Cuban Revolution who fought with Fidel Castro in the Sierra Maestra and subsequently rose to vice president of the Council of State. Juan Juan suffers from a serious degenerative disease that cannot be treated in Cuba, and repeatedly asked for, and was denied, permission to leave the country to seek medical care abroad and to see his family. He ultimately engaged in a hunger strike and other protests to that end, and yesterday he succeeded.

La Habana dice no al Hospital para Cubanos ofrecido por el exilio. NF

Calificando de propaganda subversiva el proyecto Bruno Rodríguez ha rechazado con una sonrisa orgullosa la oferta altruísta de los exiliados para contruir en Ciudad de la Habana un mega hospital de acceso libre el pueblo equiparable al Cira García, con oxígeno en las habitaciones, limpio, equipado. 
A diferencia del Cira García, el hospital no incluiría servicio de lavandería para clientes ni suites privadas u oficina de extranjería al tratarse precisamente de un hospital para cubanos normales residentes de su país. Tampoco garantizaba el suministro de comida a las cocinas, que correría por cucnta del estado cubano. Pero éste apenas debía autorizar la ejecución, que iba comenzar de inmediato con personal traído de USA incluyendo vigilantes para asegurarse de evitar los robos de cemento y material. El nombre propuesto -no obligatorio-iba a ser Miami Cuba Hospital. La propuesta incluía el entrenamiento al personal cubano desde la biomedicina última tecnología hasta el trato al paciente no discriminatorio al paciente nacional  pobre y sin recursos, que impartiría el equipo de cuatro médicos aportados por varios centros y que no cobrarían, que representaban a las minorías judía, negra y homosexual  y se especializan en discriminación afirmativa.
-Suponíamos sería difícil erradicar hábitos arraigados en el trato a la población masificada , como pasar por alcohol la misma aguja hipodérmica- declaró decepcionado Levi Simonson, del Mount Sinaí Hospital- pero nunca que fueran a rechazar el proyecto alegando que es propaganda anti castrista. ¿Cómo puede ser anti algo que ayuda? Pero ya estábamos recelosos, recordando el rechazo cuando el último huracán, de cosas marcadas no para la venta, que luego  aceptaron y revendieron a los necesitados, incluyendo colchones para la cama y tejas. Mi esposa Zaida es cubano- hebrea y me contaba, yo no la creía.
Por su parte Maritza Smith , arquitecta y alto cargo del Miami Children's Hospital declaró sin contener las lágrimas:
 -A mí hasta me llamaron aparte porque vieron mi firma junto a la maqueta del área infantil, preguntándome en tono acusador cómo tendría la poca vergüenza de decorar los cuartos infantiles con muñequitos subversivos capitalistas a unos niños que carecen de juguetes por culpa del bloqueo y cuya misión debe ser pioneros, no pequeños imperialistas.-ahi sonríe:- Pero les cayó fatal, cuando les dije que yo, mujer negra y mayor, recordaba cuando ellos prohibieron los juguetes, antes de venir a formarme en los USA. A veces pienso que mi enfrentamiento verbal tiro por tierra todo.
Fuentes periodísticas que pidieron no ser citadas nos compartieron una curiosidad.
El discurso de rechazo, surgido al principio por un impulso Ricardo Alarcón, fue tachado y reescrito por completo. Decía  " Si cada cubano tuviese acceso a ese Hospital se formaría un caos circulatorio nacional en dirección a la Habana porque todo el mundo se accidentaria para que lo metiesen en un cuarto con TV y aire acondicionado; ese proyecto no va, el país necesita trabajadores, no enfermos"
Las declaraciones de Bruno Rodríguez son más esquemáticas:
-Los gusanos dicen causa no empresa. Nosotros decimos dénnos el dinero del hospital y nosotros sabremos qué hacer con él.
NF

jueves, 26 de agosto de 2010

Hombre rico, hombre cubano.


Hospitales para pueblo .



Y este es hospital exclusivo para extranjeros.

La doble moneda cubana, causa de la prostitución nacional.

Los relatos nuestros son como los de alguien que escapó de un cataclismo. No sabemos por dónde empezar, parecemos incoherentes, atropellados, sorprendemos, despertamos desconfianza y por último aburrimos. Pero imagínense que es mi deber denunciar, y el entusiasmo inicial diario que me acompaña...
Mi país promueve la prostitución del pueblo mientras oficialmente la persigue. 
No la persigue, en Cuba lo que se persigue se consigue. Intente fabricar y vender algo por su cuenta, verá qué rápido va preso por delinquir contra el comunismo que prohibe la empresa privada. Tampoco encaja la excusa de que el sexo, siendo actividad íntima, dificulta el espionaje del ciudadano, porque la privacidad no se respeta en ningún momento, abarcando, los métodos, desde la detención al azar a cualquier hora del día y mejor de la noche con petición de carnet e interrogatorio callejero o en la estación de policía, hasta el Delator Oficial asignado a cada manzana, que puede revisar qué llevas en cualquier bolsa o entrar en tu casa cuando él quiera.
La prostituta femenina se llama jinetera  y su contra parte masculino pinguero.

Mi mierda de país tiene doble moneda. Un buen sueldo equivale a 15 dólares al mes, aunque suena mucho más alta la cifra pagada en pesos cubanos. Las cosas que con esta moneda  puede comprarse en el mercado para cubanos no alcanzan, apenas mantienen el hambre al borde del rugido; el gobierno no se atreve a matar de hambre, es consciente de que el hambre no teme a las armas. El gobierno de mi mierda de país es como el carcelero. Posee en exclusiva e derecho a las armas, a los medios de comunicación del país, a la libertad de reunión, él es juez y parte y es legislativo y ejecutivo todo en uno.
Mi mierda de país no produce casi nada, y lo poco que produce en las condiciones de la mayor indignidad no alcanza. Por eso adquiere fuera, en divisa. Esa divisa le entra por el turismo, por los regalos de Miami y por el jineterismo.
La estúpida política cubano-americana del exilio es,  "no les vendamos, sino regalémosles, comida y ropa y medicinas. Todo este alivio va al pueblo ayudando a la paz social, pero la divisa invertida en ello va al régimen. Carísimas tasas de envío, llamadas telefónicas a euro el minuto, amén de la divisa enviada directamente. Todo va a las arcas. Quien no tiene o no le alcanza la ayuda de fuera, debe trocar algo para comer, y como no se posee nada, menos el cuerpo y la dignidad, son esos dos los que se sacrifican. El hambre pesa más que la dignidad, es una sensación primitiva de supervivencia, anterior a la dignidad conceptual, la cual con hambre y mal vestido tampoco se tiene.
El gobierno malversa  toda esa divisa en construir hoteles para extranjeros y mantener los hospitales para ellos. Los hospitales para la población son un cucarachero sin medios médicos ni higiene ni limpieza, algo que ustedes no sospechan ni creerían, porque han sido programados para creer que gente como yo miente y que estamos a sueldo de la CIA. Contrastando  tienen el hospital Cira García, que anuncia por escrito claramente que admite a personal diplomático y extranjero disfrutando de la tecnología médica cubana, exclusivamente a esos.

No todo el pueblo se prostituye, basta un número de fuentes de ingreso; pero si contásemos a los beneficiarios de esa labor, no sé adónde subiría la cifra estadística.
Toda la isla trabaja para el ego de Fidel, que regala lo mejor de nosotros a extranjeros, sean estudiantes becados y privilegiados, con viviendas dignas provistas de agua y luz y acceso físico y legal a las playas exclusivas y hoteles, o sea a los turistas que ignoran la tramoya del pueblo en servidumbre para disfrute suyo de la obra teatral.