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La solución de Bill Gates a la desigualdad de ingresos
El filántropo multimillonario quiere distinguir entre los ricos que están usando su dinero para el bien y aquellos que simplemente están consumiéndolo.
Para muchos, podría no ser una sorpresa que Bill Gates, a quien la revista Forbes ubica como el segundo hombre más rico del mundo, no esté de acuerdo con las ideas del economista francés Thomas Piketty.
Después de todo, es Piketty el que causó un gran revuelo este año con su libro ‘’Capital en el siglo 21’’, donde argumentó que es una ley fundamental del capitalismo que la riqueza crezca más concentrada, siempre que no haya grandes acontecimientos desestabilizadores, como guerras mundiales. ¿La solución de Piketty? Un impuesto global sobre el capital que podría ayudar a los gobiernos a entender mejor cómo se distribuye la riqueza y a detener la ola de inevitable aumento de desigualdad, que Piketty considera socialmente desestabilizadora.
Si hemos de creer en la Lista de Forbes, no hay nadie en el mundo después de Carlos Slim que tenga más que perder que Bill Gates si el impuesto global de Piketty sobre riqueza fuese implementado. Pero la crítica de Gates a la obra de Piketty, publicada el lunes en su blog personal, no es completamente egoísta. Después de todo, Bill Gates ya se ha comprometido a ceder la mitad de su fortuna por el resto de su vida, una cantidad mucho mayor que lo que el impuesto a la riqueza del 1% o 2% propuesto por Piketty confiscaría. Su problema no es con la idea de que los súper ricos esparzan sus fortunas, sino más bien con los incentivos que el mecanicismo de Piketty crearía :
'' Imagine tres tipos de personas adineradas. Un hombre invierte su capital en la construcción de su negocio. Luego hay una mujer que dona la mayor parte de su fortuna a la caridad. Una tercera persona está consumiendo toda su riqueza, gastando mucho dinero en cosas como un yate o un avión. Si bien es cierto que la riqueza de esas tres personas está contribuyendo a la desigualdad, yo diría que los dos primeros están dando más valor a la sociedad que el tercero. Ojalá Piketty hubiera hecho esta distinción, ya que tiene importantes implicaciones políticas. ''
El filántropo multimillonario quiere distinguir entre los ricos que están usando su dinero para el bien y aquellos que simplemente están consumiéndolo.
Para muchos, podría no ser una sorpresa que Bill Gates, a quien la revista Forbes ubica como el segundo hombre más rico del mundo, no esté de acuerdo con las ideas del economista francés Thomas Piketty.
Después de todo, es Piketty el que causó un gran revuelo este año con su libro ‘’Capital en el siglo 21’’, donde argumentó que es una ley fundamental del capitalismo que la riqueza crezca más concentrada, siempre que no haya grandes acontecimientos desestabilizadores, como guerras mundiales. ¿La solución de Piketty? Un impuesto global sobre el capital que podría ayudar a los gobiernos a entender mejor cómo se distribuye la riqueza y a detener la ola de inevitable aumento de desigualdad, que Piketty considera socialmente desestabilizadora.
Si hemos de creer en la Lista de Forbes, no hay nadie en el mundo después de Carlos Slim que tenga más que perder que Bill Gates si el impuesto global de Piketty sobre riqueza fuese implementado. Pero la crítica de Gates a la obra de Piketty, publicada el lunes en su blog personal, no es completamente egoísta. Después de todo, Bill Gates ya se ha comprometido a ceder la mitad de su fortuna por el resto de su vida, una cantidad mucho mayor que lo que el impuesto a la riqueza del 1% o 2% propuesto por Piketty confiscaría. Su problema no es con la idea de que los súper ricos esparzan sus fortunas, sino más bien con los incentivos que el mecanicismo de Piketty crearía :
'' Imagine tres tipos de personas adineradas. Un hombre invierte su capital en la construcción de su negocio. Luego hay una mujer que dona la mayor parte de su fortuna a la caridad. Una tercera persona está consumiendo toda su riqueza, gastando mucho dinero en cosas como un yate o un avión. Si bien es cierto que la riqueza de esas tres personas está contribuyendo a la desigualdad, yo diría que los dos primeros están dando más valor a la sociedad que el tercero. Ojalá Piketty hubiera hecho esta distinción, ya que tiene importantes implicaciones políticas. ''
Gates comparte la
meta de Piketty de difundir
riqueza, sin embargo, no quiere desalentar a los el súper
ricos (como él)
que se arriesgan invirtiendo en negocios
que crean valores y que ayudan al mundo mediante la filantropía. ¿La solución
de Gates? Cambiar el sistema de
tasas estadounidense distinguiendo
los gravámenes al trabajo de los impuestos al consumo.
Ahora bien, esto suena a teoría
económica estándar, de derechas. Los
impuestos al consumo son bien vistos generalmente
por los ricos y por los economistas
conservadores, ya que por su naturaleza tienden a ser regresivos. Como todo el mundo, ricos y pobres, tienen que consumir una
cierta cantidad de bienes y
servicios, y como la proporción del ingreso gastado es mucho más alto para los pobres que los ricos, los impuestos al consumo sobrecargan
mucho más al pobre que al rico, sean impuestos estatales o impuestos de venta
de valor añadido.
Pero éste no tiene necesariamente que
ser el caso. Hay economistas como Robert Frank, de la Universidad de Cornell, que llevan tiempo abogando por impuestos
progresivos al consumo que jugarían un papel clave para resolver lo que ellos llaman los males de la creciente desigualdad de
ingresos.
Escribe Frank :
‘’ Bajo un impuesto de este tipo, la
gente declararía no solo sus ingresos anuales sino también sus ahorros anuales, como muchos hacen ya en virtud del
formulario 401
(k) y otras cuentas
de jubilación. El consumo anual de una familia es simplemente la diferencia entre sus
ingresos y sus ahorros anuales.
Dicha cantidad, menos una deducción típica –pongamos, por ejemplo, $ 30,000 para una familia de cuatro- sería
el consumo tasable de la familia. La tasa empezaría bajo, por
ejemplo un 10 por ciento. Una familia que ganó $ 50.000 y ahorró $ 5.000
tendría así un consumo imponible de $ 15.000.’’
‘’Considere ahora una familia que gasta $ 10 millones al año y está decidiendo si va a añadir a su mansión un ala de $ 2 millones. Si el tope máximo impositivo marginal al consumo fuera del 100 por ciento, el proyecto tendría un costo de $ 4 millones. Ese pago adicional de impuestos reduciría el déficit federal en $ 2 millones. Como alternativa, la familia podría dar marcha detrás, construyendo sólo un extra de $ 1 millón. Para ellos pasarían a pagar $ 1 millón en impuestos adicionales y a depositar $ 2 millones en ahorros. El déficit federal se reduciría en $ 1 millón, y los ahorros adicionales estimularían la inversión, la promoción del crecimiento. En cualquiera de los casos, el país podría salir adelante sin exigirle a la familia rica un verdadero sacrificio, porque cuando todos agranden sus casas se estará redefiniendo lo que se entiende por vivienda aceptable. Estableciendo un impuesto al consumo, la mayoría de los vecinos también reducirían las nuevas alas a sus mansiones ".
‘’Considere ahora una familia que gasta $ 10 millones al año y está decidiendo si va a añadir a su mansión un ala de $ 2 millones. Si el tope máximo impositivo marginal al consumo fuera del 100 por ciento, el proyecto tendría un costo de $ 4 millones. Ese pago adicional de impuestos reduciría el déficit federal en $ 2 millones. Como alternativa, la familia podría dar marcha detrás, construyendo sólo un extra de $ 1 millón. Para ellos pasarían a pagar $ 1 millón en impuestos adicionales y a depositar $ 2 millones en ahorros. El déficit federal se reduciría en $ 1 millón, y los ahorros adicionales estimularían la inversión, la promoción del crecimiento. En cualquiera de los casos, el país podría salir adelante sin exigirle a la familia rica un verdadero sacrificio, porque cuando todos agranden sus casas se estará redefiniendo lo que se entiende por vivienda aceptable. Estableciendo un impuesto al consumo, la mayoría de los vecinos también reducirían las nuevas alas a sus mansiones ".
Como puede ver, una
de las estrategias detrás de este
régimen fiscal es reducir el incentivo
para consumir. Con un consumo
menos ostentoso, los pobres podrían verse afectados por los efectos
negativos de tener menos de los que les rodean*. Como muchos estudios
conductuales han mostrado, la
riqueza relativa tiene más impacto en la felicidad personal que la riqueza absoluta.
Tal régimen impositivo podría atraer tanto a la derecha como a la izquierda del espectro político. Para los de la izquierda, que a veces se sienten incómodos con los efectos de una cultura basada en torno al consumo, este impuesto desalentaría tal comportamiento. Por otro lado, un régimen que fomenta el ahorro y la inversión sería atractivo para los conservadores.
Pero para que un impuesto progresivo al consumo sea progresivo verdaderamente, tendría que implementarse un fuerte impuesto sobre bienes raíces que evite que los ricos se limiten a incrementar su patrimonio mediante de generaciones ganancias de ingresos por intereses. Sin embargo, Gates sostiene que esto no es un problema, porque tenemos la capacidad de instituir impuestos sobre el patrimonio, una política que en la que él es un "gran creyente".
Tal régimen impositivo podría atraer tanto a la derecha como a la izquierda del espectro político. Para los de la izquierda, que a veces se sienten incómodos con los efectos de una cultura basada en torno al consumo, este impuesto desalentaría tal comportamiento. Por otro lado, un régimen que fomenta el ahorro y la inversión sería atractivo para los conservadores.
Pero para que un impuesto progresivo al consumo sea progresivo verdaderamente, tendría que implementarse un fuerte impuesto sobre bienes raíces que evite que los ricos se limiten a incrementar su patrimonio mediante de generaciones ganancias de ingresos por intereses. Sin embargo, Gates sostiene que esto no es un problema, porque tenemos la capacidad de instituir impuestos sobre el patrimonio, una política que en la que él es un "gran creyente".
*Creo que falta una negativa en
esa frase original.
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