Ha bastado que una jueza le pregunte a la mujer del pederasta asesino Santiago del Valle si se sintió coaccionada al confesar a un medio que su marido finalmente sí mató a la niña gitana, para que la mentirosa patológica y enferma mental diga que sí. ¿Coaccionada puede estar quien acudió voluntariamente a la cadena en busca de dinero fácil, quien ha mentido en su vida decenas de veces acusando a gente inocente, quien finalmente hizo la confesión a cámara apagada y después aceptó hacer un directo, posiblemente comprendiendo que no podía salvar más a su compañero de bajezas y delitos?
Acaban de explicar que no hay motivos para decretar prisión para la mentirosa patológica y cómplice del asesinato de la niña gitana Marilúz Cortés. Flaco favor hace a la comunidad gitana su padre, pastor evangélico y hombre de paza, por no montar a conciencia un show mediático del calibre del que los medios a excepción de Telecinco montan a favor del pederesta y asesino, por ejemplo enarbolando el fantasma -muy vivo- de la discriminación racial, en vez de mostrarse coherente y declarar su devota fe en una justicia evidentemente ciega a la evidencia. Esta es una contradicicón intolerable y absurda, típica de este país de mierda.
Acaba de caerse un ídolo mí, el abogado Javier Nart, aplaudiendo que no cabe aquí aplicar los criterios para decretar la prisión, incluso, uniéndose a la opinión del abogado de mujer de Santiago del Valle de que los periodistas que la hicieron confesar deberían ir presos. Los abogados saben mucho más que yo, les encanta decírmelo cuando discutimos. Todos son especialistas en llevar de la man a su cliente con los ojos vendados por el laberinto de sus componendas e intrigulis sucios, que ellos llaman justicia.
Los indicios para decretar la prisión y que no se cumplieron según la más ciega interpretación que caber pueda, son :
- la evidencia de falso testimonio, causa de perjurio.
- el riesgo de fuga.
- el temor de que pueda volver a mentir u obstaculizar la justicia.
La historia de la esposa de Santiago del Valle está tachonada de mentiras y falsedades para cobrar pensiones, recibir ayuda del pueblo y de comunidades de vecinos y ciudades, entre los dos mataron a su propia hija para cobrar el seguro, entre los dos acusaron de abuso sexual para cobrar dinero a un profesor de gimnasia del colegio que iba esa hija, entre los dos acusaron de abuso sexual a un sacerdote que les consiguió trabajo, entre los dos jodieron el repetidor de la señal de televisión de todo un pueblo para que no se recibieran allí imagenes de ellos mientras estaban siendo acusados del delito de haber matado a la niña Mariluz.
Lo peor es pedir que se encause a unos periodistas que han destapado la verdad. ¿Qué sería si metieran presosa los que destaparon el Watergate?
Pero esto no es USA, esta mierda se llama España y aquí hay que joderse, viendo como los delitos prescriben cuando y cómo les conviene. Detrás de todo este mal están los celos mediáticos de todas las cadenas televisivas contra Telecinco. Porque la acusan de hacer juicios paralelos, cosa que es absurda so pena de no poder hablar nunca de la actividad judicial en los medios, y cosa que Antena Tres, líder del acoso y derribo, ha hecho con el caso de las niñas de Alcácer en el programa de Pepe Navarro Esta noche cruzamos el Mississipi, convirtiéndose en un serial de cada noche que duró AÑOS.
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