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Me reservo el derecho de publicar noticias ficticias -debidamente señaladas NF- cuando la realidad me aburra, alternando con mis entradas de opinión.

jueves, 24 de junio de 2010

La torpeza yanqui.






Reclama Washington libertad de presos políticos

jueves 24 de junio de 2010

Sede del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

(Radio Martí) - Estados Unidos elogió este miércoles la reciente excarcelación del disidente cubano, Darsy Ferrer. A su vez, pidió la libertad de todos los presos políticos en la Isla.

En una nota de prensa, dada a conocer por la vocera del Departamento de Estado, Virginia Staab, la cancillería estadounidense resaltó la postura del disidente pacífico liberado y manifestó que el doctor Ferrer ha demostrado ánimo y valentía en la defensa de los derechos humanos en Cuba.

"La libertad del doctor Ferrer es un desarrollo positivo, aunque él nunca debió haber sido arrestado y encarcelado durante once meses", subrayó el Departamento de Estado en el comunicado.

"Esperamos que el gobierno cubano continuará tomando medidas para mejorar el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba", dijo la vocera.

Asimismo, reiteró el apoyo de Washington a organizaciones no gubernamentales, a la Iglesia Católica y a otros gobiernos, que han exigido al régimen cubano la libertad inmediata e incondicional de todos los prisioneros políticos y de conciencia cubanos.

Muy mal hecho. Por una vez me alegro de que sea la iglesia quien esté mediando. Conociendo a la China, basta que los yanquis digan "ji" para que él diga  "¿ji de qué ?" y  detenga el proceso. Si lo que quieren es hacer algo por los cubanos de la isla, que hablen claro . Que digan pomposamente que levantan el embargo, o bien el extremo contrario: se acabó ya de tolerar el patio de entrenamiento de las FARC y del narcotráfico, basta de tener a 90 millas a un país que deja morir locos de hambre y frío, vamos  a hacer buenas por una vez todas las mentiras que han lanzado sobre invasiones y se van a cagar en la hora que nacieron.
Pero lamentablemente no será así. Esto se llama mandar señales, y funciona cuando algún avispado encuestador de Gallup- que ni sabe donde queda Tahití, por ejemplo- detecta un bajón en la popularidad de Obama entre los cubano norteamericanos y decide mandar "una señal". O decide mandarla a un país el State Department, que tiene la eficacia de los cosméticos de la Barbie, por ejemplo. 
Nada más previsible y torpe que las señales que manda un americano. Ese jueguito de las señales sólo funciona entre ellos. Si lo que quieren es que sigan liberando presos, cállense la boca. Hasta los países más mongos - imagínense entonces Cuba- o distantes culturalmente interpretan las señales como sutiles "deseos del imperio" o "amenazas", y por llevar la contraria hacen justo lo opuesto.
Hasta un gato roza la pierna con más disimulo que los americanos, cuando quiere algo.
Lo bueno es que Raúl no hará caso, pues debido a la que está cayendo tiene interés en mantener un profile de niño bueno.

Por qué no dejan al pollo cruzar la carretera.


Nosotros los del exilio, cuando somos muchos reunidos, aunamos nuestras frustraciones en piñas. Allí donde las emisoras se ufanan de contener resumidas las noticias de Miami "y del mundo",  como un finisterre dado por sentado y por absoluto, hacemos hitparades de países amigos y enemigos con nuestra diáspora peregrina, que imaginamos en tránsito al Cielo miamiense, ese mismo infierno adónde Alina Fernández Revuelta no pudo evitar caer, por tratarse, según dolida y aliviada, del único lugar de la tierra dónde no hace falta dar explicaciones de porqué saliste de Cuba.
Y en los esquinas de la Pequeña Habana, en el Versailles, en la guaraperas-timbiriche, anotamos en la libreta mental o leemos de ellas en alto la lista de países cómplices, cobardes o envidiosos, los que odian a Yanquilandia y la pagan con nosotros -como dice Valladares predicando en desierto.
Las listas y las conductas oscilan con las presidencias y hasta con el jefe de policía fronterizo o hasta con las frustraciones conyugales del funcionario de emigración de turno.
Ahora no tocó que nos deporte Panamá.

Mientras, los viejos sabios recitan resabiados sus rosarios de suposiciones sobre porqué nos deportan:
  • trabajamos más duro, nos tienen pánico.
  • nos hacemos jefes enseguida porque tenemos más de 2 dedos de frente.
  • les quitamos a las mujeres: se nos para más y la tenemos más dura y grande.
  • la hija del primo de un noviete secreto de Raúl se casó con el cuñado del actual ministro de Exteriores.( sin confirmar, pero qué importa : se non è ver è ben trovato)
  • por la crisis (este no  dura mucho después de soltar esto)
  • por envidia y por complicidad con el esbirro (este está invitado a todas las copas)
Ya sabe: guerra avisada no mata soldado. Si usted es panameño, no toque a casa de ningún cubano en los próximos cinco días, hasta que otro ocupe el primer lugar. Más allá no se preocupe, que tenemos memoria de pez.
Ya hasta olvidamos que los USA no lucharán jamás contra Castro ni permitirán que se luche desde los USA, firmado y sellado por Blas Roca y Rogers, el enviado de Richard Nixon, el 13 de Febrero del 1973, y sin revocar*.
Esto afecta a cualquier persona que dentro de su territorio conspire para promover, o promueva, prepare, dirija, o forme parte de una expedición, la cual desde su territorio o cualquier otro lugar lleve a cabo actos de violencia o depredación contra aviones o naves de cualquier clase o registro, que vaya o venga del territorio de una de las dos partes, o quien dentro de sus respectivos territorios de aquí en adelante conspire para promover o promueva, prepare, dirija, o forme parte de una expedición que desde sus respectivos territorios, o cualquier otro lugar, lleve a cabo tales actos, o cualquier otro similar acto ilegal en el territorio de una u otra de las partes.
Estoy muerta, créanme, así que mi nombre no importa; lo entregué por fuerza para que lo use otra, u otro, que nunca se sabe. Me morí en Mazorra, y al instante entregué mi dignidad para que la usen los que dicen que es indigno que me fotografíen así, ahora que no me importa,sobre todo por decirlo los mismos que me dejaron morir y sus amigos. Casi todos argentinos, ¡qué comerán que son así!
Aunque ellos no lo crean, me importaba más vivir que salir así por el mundo. A mis parientes les bastará con no decir que yo era la suya. Que me desconozcan, como me desconoció el frío en esta isla tropical, y la suntuosidad de la comida de los hoteles.
Oíganme, créanme que es dificil resistirse a la pelona sin comida. Les juro que estoy muerta por la fuerza; yo luché hasta la muerte literalmente -espero que no necesito jurarlo,y es en lo único que estaba tranquila entonces. No se crean que un amodorramiento balsámico se apiadó de mí rápido: cuentos chinos. Yo luchaba, no me entregué fácil, no me vendí al desánimo,entregué mi vida pinga: me la arrancaron;  intenté cubrirme del frío pero él llegaba y se quedaba y volvía y  tampoco mis brazos abarcaban mi cuerpo ni eran estufa alguna. Es dificil explicarles, porque ustedes nunca pasaron por esto; pero cuando el cuerpo se enfría empieza por las extremidades; así, como mis brazos eran hielo resultaba que yo me mataba con lo mismo que me protegía; imagino que la idea era que hasta en esto me sienta culpable y tonta, pero después de muerta qué me importa. ¿La idea de quién tú dices, loca? La idea de los que se olvidaron de asomarse al cristal a mirar a la loca en la ratonera. 
Óiganme: que lindo fue cuando se detuvo el corazón, el alivio, la alegría de recibir por fin el permiso de salida de este cuerpo viejo, desagraciado y resentido, chirriante. Y bueno, ahora dicen que me van a entregar otro,estoy esperando que me llamen, pero no tengo ni idea del tamaño de la cola; sólo veo la espalda y las nalgas del viejo delante de mí, feo con cojones, le pregunté qué número tenía y no me contestó,a lo mejor es extranjero, a lo mejor es un malcriado conmigo que soy proletaria y cubana, pero esa desgracia mía de poco le consuela porque se jodió igual que yo.
¿Y qué más les diré antes que cierren la ventana? Yo estoy bien ya, con un ojo en la cola y otro en los que vendrán a picarme para la autopsia, dicen que para averiguar de qué se murió la de la mesa de disecciones, qué hipocresía tan grande será cuando escriban "de paro cardíaco"; todavía no sé de uno que no se muera de eso. Por lo demás pásenlo bien, y si pueden gocen de la vida. Los dejo ya, que ahí viene el colero repartiendo números. Esta humanidad ha dicho basta y ha echado a andar.

El indirectorio.

No quepo en su boca, me trata de tragar
Pero se atora con un trébol de mi sien
 
Creo que está loca; le doy de masticar
Una paloma y la enveneno de mi bien.

Cuba, mi país, la potencia médica.

 
OCTAVO CERCO.Marta está cansada de los hospitales. Tiene -como la mayoría de sus coterráneos- mala suerte con la salud pública. Uno de los pilares de la revolución en la que nació no deja de parecerle un edificio carcomido en estática milagrosa, un pilar de la destrucción.

Hace algunas semanas estuvo cuidando a un familiar en el Calixto García. Entre otras vicisitudes, los sueros que necesitaba su paciente fueron comprados en el mercado negro, la mayoría de las medicinas “resueltas” y el tratamiento supervisado por los propios familiares. A fuerza de averiguar aprendieron a recordarle a la enfermera la hora exacta de las curas, el nombre de cada pastilla y el tratamiento –llevado a cabo por ellos mismos- para evitar escaras.

Como rara vez había agua, trajeron cubos; como no había cómo calentarla para la hora del baño, compraron un calentador; como había demasiado calor en el cuarto, pidieron un ventilador prestado. Lo llevaron todo: el jabón, las sábanas, la comida, el sillón del acompañante, la crema, el alcohol, las vitaminas y el algodón.
El único problema que quedó sin resolver fue el asunto de la tupición del baño; pero que el inodoro tuviera siempre un agua verde-roja apestosa y que el sifón del lavamanos se botara irremediablemente, podían ser considerados menores teniendo en cuenta la capa de churre de todo el local, la destrucción de las ventanas y los cables flotantes del falso techo.

Marta me cuenta que terminó su estancia agotada: lo único que le pide al cielo es morir de un infarto en su propia casa, sin tener que disfrutar de las comodidades de la salud pública cubana.