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Me reservo el derecho de publicar noticias ficticias -debidamente señaladas NF- cuando la realidad me aburra, alternando con mis entradas de opinión.

domingo, 9 de mayo de 2010

Video terrible. Los crímenes del comunismo

Mayores de edad sólo

sábado, 8 de mayo de 2010

El Rey de España, fumador, operado de un nódulo en un pulmón..

¿Y qué fuma? El periodista Jaime Peñafiel bromea:
-"Será culpa de Fidel Castro, porque le manda unos cohibas "así de grandes" cada mes".


Lo útil que sería que Juan Carlos de Borbón los rechazara públicamente, con un comentario a propósito de lo ilegítmo de ese puro, regalado robado al pueblo en cierta manera, y al que el pueblo por supuesto no tiene acceso.

Pero nada, aquí cada perro se lame su p**** , como siempre, y aquí paz y después gloria.

Tri-ilogía del borreguismo cubano, y de la creencia en el embargo, que es lo mantiene a Fidel donde está.

1 Las pruebas. Ya vieron a los borregos del Primero de mayo en Cuba, y recordarán lo que escribí, que nos merecemos, que una cosa es que nos obliguen a desfilar en el puticlub de Fincastro para onamismo del CLIENTE , y otra menear el culo sonriendo de oreja a oreja. Ay papi, sí, no me la saques en 51 años más, y muévela bien que tú eres mi gerontoamado favorito... 
2 No estoy solo en esta apreciación. 

Concluyendo, que es gerundio.

Si levantaran el embargo pues sería genial. ¿Cómo puede ser beneficioso anular algo inocuo, como has dicho tantas veces, Pedro ? Bueno, no me habrán leído bien. La creencia en el embargo es la que sostiene a Fidel en Fincastro.

Ya sin embargo, para poder dar al pueblo qué comprar ( lo cual es el kid ya que no hay nada, por no haber ni vergüenza hay) Cuba necesitaría trato de favor: que volvieran a comprarle en exclusiva el azúcar a ella, y créditos. Y por aquí, sí que se podría chantajear a los esbirros : o abren el régimen, o el congreso no aprueba créditos para que Cuba importe. Cuba ni loca lo haría, pues a los hermanos les va el régimen en ello. Europa tampoco volvería a picar el anzuelo, pues Cuba les debe miles de millones de euros, siendo un yonkie que funde toda ayuda en droga y comida no quiere.

Por supuesto que la gente no lo ve así como yo, incluso cuando ya es una realidad (salvo por los créditos americanos), ya que el borreguismo no conoce lados del Caribe ni colores de bandera. Si los borregos internos internos gritan pidiendo el fin del mismo, los externos gritan pidiendo que continúe, siendo que la creencia en el efecto del embargo es la que mantiene a Fidel donde está.

La gente no lo ve así  como yo, y deben pensar que estoy loco, lo que no piensan es que sólo un loco entiende la mente loca de Fidel, que ha logrado sin embargo hacerse con borregos en ambos lados del Caribe.

La falacia del embargo satisface el orgullo de ambas partes, pero justifica a Fidel; yerran quienes creen que él no necesita justificar nada, por supuesto que sí, pues vive del apoyo borreguil del pueblo, el cual sabe que el gobierno tiene de todo, sí, y que en las shopping hay de todo incluyendo cosas americanas, sí, PERO ES INCAPAZ de comprender porqué razón Castro mismo mantendría las tiendas al borde de "la nada telarácnica". Fácil, si vemos lo barato que es mantener un sistema de delaciones. Cuba no es un sistema de prensa abierta donde afloren transacciones ilícitas o se denuncien prevaricaciones y nepotismos, pero de serlo ¿quién iba a denunciar un pollo, una caja de refrescos, una jaba con champús?La inteligencia del satanás nuestro es diabólicamente simple. Los psicólogos criminales se sorprenden de los móviles de un crimen, de hecho, saben que cualquiera de nosotros puede ser deseado o envidiado por sabe dios quién y víctima de un crímen.

Una población satisfecha en sus necesidades se cagaría en los discursos y órdenes bajadas, y él lo sabe bien, y jamás quiso permitirlo. Ahora es que ni siquiera puede, sin darle las nalgas al capitalismo y a las urnas.

Yo sí soy tiranicida, Carlos Alberto Montaner.

Yo sí soy tiranicida ¿cómo no serlo?
No todas las vidas son igual de respetables, como no todas son valiosas, por ejemplo las vidas de los que matan vidas.
Llámenlo contradicción filosófica, pero me considero demócrata aunque no permitiría a todos presentarse a las urnas.  La democracia debe terminar donde empiece el camino a la dictadura, y la prohibición sagrada de matar termina donde matamos a quien mata.
No veo contradicción en mi postura, y el hecho de criticar lo asesino que fue el Che Guevara. Él no mataba tiranos, él mataba a prosélitos de los tiranos y hasta por  simples sospechas a todo aquel que se cruzara en sus planes.
La pena de muerte será terrible, pero es justa cuando libramos a a sociedad de asesinos en serie y violadores; matarles o dejarle pudrirse de por vida es una cuestión a debate , incluso económica : ¿por qué regalarles con nuestros impuestos sus gimnasios y sus televisiones de plasma, y todo el lujo del que privaron a sus víctimas, máxime cuando jamás se recuperarán de lo que hicieron, sino que volverán a matar? Matarles a ellos es una cosa, y matar a los que apoyan la pedofilia siquiera moralmente es otra muy distinta.
Raúl Castro y su hermano son matables, son tiranos ejecutables, con ellos sí soy tiranicida, como lo sería con Hitler o Stalin o Pol Pot.
Montaner llega a afirmar que la Comunidad de Madrid hizo bien en "reunir las medicinas necesarias para salvar a Fidel", yo disiento de él. Ya está bien de que en durante 51 años salven al tirano desde la izquierda perradical hasta los demócratas cómplices, que pensándolo bien, son los que más asco me inspiran.
Ninguna cantidad de desconocimiento efectivo de los pormenores de la violaciones de todos y cada uno de los derechos humanos que ocurren allí justifica el  soporte vital al tirano de MÍ país. Porque es a mí a quien le duele y a quien afecta.

Yoanni Sánchez consigue brevemente el regalo de la vista.

"El IPhone de Rosa Díez" posteado en Generación Y


Hace unos días, Internet volvió a darme un par de agradables sorpresas. Estaba yo en medio de un trámite para intentar viajar fuera de Cuba cuando mi móvil sonó y una voz con acento madrileño me pidió que organizáramos una cita. No supe quién era aquel hombre, porque el ruido de un camión me impidió escuchar el momento en que se identificaba. Pero le confirmé que a las 4 y 30 un café lo esperaría a él y a los amigos que lo acompañaban en el piso 14 de esta mole de concreto. Media hora después, recibí un SMS de un comentarista de Generación Y, diciéndome que ya era pública en los foros digitales la noticia de la visita de Rosa Díez a mi casa. Sólo así pude completar el rompecabezas que me había dejado aquella llamada ininteligible y le apunté con humor a Reinaldo: “Nuestra vida real tiene algunas horas de retraso con respecto a nuestra existencia virtual”.

Finalmente, el vaticinio aparecido en la red se cumplió y la portavoz del partido político español Unión Progreso y Democracia tocó a mi puerta. Hablamos como viejas conocidas, como gente que ha desandado un camino y se encuentra en un recodo a relatarse las piedras, los huecos, las puestas de sol. Intercambiamos energía, pues créanme que de esa mujer delgada y pequeña emana un entusiasmo que yo sólo había visto en personas muy jóvenes. El tema principal fue Cuba, esta Isla donde hay espacio físico para todos, pero a la que quieren convertir en terreno exclusivo de quienes abrazan una ideología. Le conté de mis aprensiones, pero también hubo tiempo para detallarle las esperanzas y enumerarle los pronósticos positivos. Ella, por su parte, nos escuchaba sin hacer proselitismo.

Antes de marcharse, Rosa tomó su IPhone y en el navegador escribió la URL de la página del UPD. Apareció en la brillante pantalla el moderno sitio salpicado en magenta, que se actualiza casi a diario. Entre las paredes de esta casa, que han oído a decenas de cubanos hablar de Internet como de un lugar mítico y difícil de alcanzar, aquel pequeño artilugio tecnológico nos regaló un pedazo de ciberespacio. A nosotros, que durante toda la Academia Blogger trabajamos sobre un servidor local que simulaba la Web, nos fue posible -de pronto- sentir los kilobytes correr por la palma de la mano. Tuve el tirante deseo de salir corriendo con el móvil de Rosa Díez, de parapetarme en mi cuarto mientras navegaba por todos esos sitios bloqueados en las redes nacionales. Por un segundo, deseé quedármelo para entrar a mi propio blog que aún sigue censurado en los hoteles y en los cibercafés. Se lo devolví desconsolada, lo confieso.

Durante un rato de aquel lunes, esa banderita que en la puerta de mi apartamento pide “Internet para todos” no me pareció tan quimérica. Una incansable arañita tejedora llamada Rosa nos había mostrado una finísima hebra de la gran telaraña mundial.