Ambas mujeres comparten una contradicción : permanecer en el seno de una organización que no les gusta. Pero la llamada Monja Cojonera es más hipócrita que la cubana, pues ésta es crítica con el régimen y si el lider organiza un desfile de masas ella no está allí aplaudiéndole. La monja correría a besarle la mano al Pontífice, el mismo que condena los condones o los matrimonio gays que ella defiende.
Conste que me parece muy bien lo que defiende la tal Lucía, pero si tanta lástima te dan los judíos, ¡deja las SS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario