Sensación de injusticia en España. O aguantarse, o tomarnos la justicia por la mano.

El llamado tasazo de Gallardón encarecerá un servicio que ya es malo, no sólo por lento sino por artbitrario. No sé si debo repetir algunos hechos. Un fiscal visitando cárceles no halló ni un banquero, sí ladrones de poca monta. Los crímenes contra niños y adolescentes quedan impunes, las familias de las víctimas no consiguen condenar a los culpables, y éstos encima los demandan por acoso, y los jueces encima admiten ésto.. Muy poco me importa que ' los pobres jueces' tengan que bajar a los almacenes inmundos- porque mandan a otro, y tampoco me importa ese otro- como el de de Orihuela en Madrid, llenos de ratas y pulgas , goteras e interruptores de la luz que dan corrientazos: nada de eso justifica sus estúpidas e injustas decisiones.

El chino responsable de un gigantesca operación de blanque o quedó libre porque se les olvidó que demoró más de 72 horas en pasar a disposición judicial.  A la madre de los niños de Córdoba no la dejan enterrar los huesos, alegando que no se sabe si son de sus hijos, pero aunque fueran de conejo si estaban en finca los deberia poder enterrar cómo y cuándo le saliera de los ovarios.

Bien, y ahora un ejemplo de algo cercano, y ejemplo de la educación chavista de adolescentes emigrados a mi barrio.

Una chica de 16 fue atacada por 3 venezolanas por defender a su hermanita de 7 que estaba siendo golpeada por otras, que por cierto no tenían que ver con las que agredían a la pequeña. Como les pareció mal quedarse sin show, agarraron un palo y agredieron a la de 16, dándole en la nuca. Una de ellas gritaba:

- ¡Déjala inválida, dale duro!

Pese a los deseos de la '''miembra'' de la juventudes chavistas, no se cumplió su deseo.

No la dejaron inválida, aunque apenas puede caminar. Pero la policía dijo que ''el caso ni era p'a juez'', que cosa de menores, y ''qué pena que no tuviera una marca en la cara'' aunque se la hiubiera causado ella misma.


Lo dicho : ¡a tomarnos la justicia por la mano! Tenemos la obligación como especie y como ciudadanos de un país que nos nos protege.