¿Es el sexo un estorbo para agradar a Dios? Limitándome al
cristianismo: aunque en partes del Nuevo Testamento y del Antiguo los dan por
condenados, de la boca de Jesús ni una sola palabra salió contra la masturbación,
las lesbianas o los gays. Esto es a tener en cuenta, si es que damos
importancia a Jesús en dicha religión. A Dios no puede agradarle una vida cuyo
centro sea el sexo, pero ¿en cuántos casos esa situación es tan extrema? Jesús
no hizo un llamado a ir a misa sino a ir a la mies, o sea, a predicar la Buena Nueva. En ese sentido no puede agradarle lo
mismo un tipo cuya agenda de lunes a domingo sea sexo con fulano o mengano, que
uno cuya agenda sea hacer el bien aquí y allí ayudando en éste o el otro
problema. Pero no debe de ser ésta la razón de que la Iglesia los condene. Las
Iglesias, pervertidas por el hombre, lejos de ser centros donde se administra
perdón de Dios y buenas nuevas, se han convertido en negocios. Los negocios
necesitan de clientes, los clientes se crean inventado la necesidad, la necesidad
se crea fomentando el sentido de culpa y dicho sentido se exacerba yendo a la
pulsión más álgida: el sexo. Dice un refrán gallego (en palabras más vulgares) que
un pene erecto no cree en Dios. Cuando Pablo nos advierte de no ceder a las
pasiones, es lógico: si cedemos a las pasiones terminamos viendo a Dios como ese maldito estorbo
a quien nadie vio (ésto de que nadie vio a Dios jamás lo asegura la propia Biblia en múltiples lugares) y para aquellos que la
tildan de libro manipulado, que reflexionen por qué no se habría eliminado esta
frase, o no habrían inventado la condena de Jesús al sexo. Los adversarios de Dios
y ateos militantes terminan formando su
propia creencia, en la que Dios "o no existe o es un represor y el diablo o no
existe o es nuestro verdadero amigo". Para afirmar ésto sólo necesitan basarse
en las propias falsedades que promueve la Iglesia. No sé si por influencia demoníaca, pero muchas prédicas de la Iglesias les hace asemejarse a escribas y fariseos que apartan al hombre de Dios, un verdadero crimen según mi punto de vista. La Iglesia Católica ha llegado a
ofrecer a Dios el vino y el pan cuando es El quien nos lo ofrece, y de igual
modo ha convertido el acto de la comunión que nos LIMPIA al comer juntos TODOS
- sin importar sexo, dinero o poder-, en uno en el que los YA PREVIAMENTE LIMPIOS
comen juntos. De ese modo, quien se sienta sucio debido a la propia Iglesia se aparta
de Dios, acción imperdonable de la Iglesia, por la que creo yo sin duda se le pedirá
cuentas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario