Va a producirse un destierro de presos, de la flor y nata de lo que trajo el barco de la valentía en medio siglos. ¿Quién quedará luchando? ¿Los que denuncian hacia afuera sin que el pueblo lea el feedback?
A menos que algún marielito reciclado por la NASA invente un laser que imprima en el cielo nocturno cubano cada noche las columnas de opinión, las noticias ocultadas y hasta consignas para una lucha coordinada- imaginen qué bello sería y qué impotencia la del régimen- hay que luchar por ciertos pasos.
Mi idea es retomar la idea de transmitir con potencia y alevosía una TV y una radio verdaderamente Rebeldes, encaminadas a derrocar al régimen; de enfrentar con nuestros medios estudiando los viejos argumentos de antaño contra eso, y que produjeron una bazofia de emisiones débiles sobre el baseball y boberías, donde a Raúl se le llama presidente y a la falsa electoral elecciones. Revisar aquellos viejos postulados que entonces nos derrotaron y sobrepasarlos en argumentos. Hay que convencer al coprófago pueblo americano de que no les importe más la opinión del mundo que la suerte de los cubanos, que hagan buena esa falsa acusación -que dura ya 51 años- de invasión mediática para que por primera vez no hablen mentira.
Probablemente estemos acomodados al no y tan cansados que no nos interese reabrir esa brecha.
No les interesa oírnos, seamos pesados.